Uno de los municipios más afectados tras el reciente paso de la DANA, Benetúser (Valencia), ha vivido una situación insólita y llena de tensión. Eva, propietaria legítima de una vivienda okupada durante dos años, fue detenida por la Guardia Civil tras intentar recuperar su casa. Aprovechando que los okupas evacuaron la vivienda debido a las inundaciones, Eva decidió regresar para limpiar los estragos que dejó el agua. Sin embargo, al volver los okupas, la denunciaron, desencadenando una intervención policial.
En conexión en directo con el programa TardeAR, Eva compartió su experiencia: «Estoy indignada y asustada. La Guardia Civil irrumpió en la casa mientras yo estaba dentro y nos sacó a golpes. Fue muy agresivo», relató. Al encontrar su vivienda llena de barro y con la puerta abierta después de las lluvias, decidió cambiar la cerradura y volver a habitarla, ya que su casa había estado sin luz ni agua. «Nos instalamos en la casa, limpiamos y volvimos a vivir allí», afirmó.
Pero la situación se intensificó cuando, al cabo de dos días, los okupas retornaron exigiendo entrar. «Golpeaban la puerta con fuerza, y, poco después, llegaron los agentes y nos sacaron de la casa», relató Eva. En el momento de la intervención, asegura que no le permitieron hablar y que, tras una breve conversación con los okupas, la Guardia Civil procedió a detenerla.
Por otro lado, los okupas también ofrecieron su versión en el programa. «Me llaman okupa, pero yo no soy okupa», declararon, asegurando que habían pagado 350 euros en efectivo por el alquiler a un intermediario al que apenas conocían y sin documentación de por medio. «Es todo en mano y sin contrato, pero yo pago por vivir aquí», se defendió la persona que ocupa actualmente el inmueble.
Eva no se quedó callada ante estas declaraciones y, visiblemente molesta, afirmó tener vídeos de la okupa burlándose de ella: «Es todo mentira, siempre está diciendo mentiras», sentenció. Sin embargo, la okupa intentó defenderse: «Sé que esta casa no es mía, pero cuando tenga a dónde ir, me iré».
Este incidente ha dejado al pueblo perplejo y ha generado un amplio debate sobre el derecho a la propiedad y la situación de los okupas en España, especialmente en un contexto de crisis y emergencia climática como el vivido tras la DANA.