«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Tras la agresión la amenazaron de muerte para que no declarara

Dos inmigrantes drogan y violan a una mujer durante cuatro horas en Tarrasa (Barcelona) y el juez los deja en libertad provisional

Mossos d'Esquadra en una vivienda. Redes sociales

Una pareja de inmigrantes perpetró el pasado 23 de marzo una atroz agresión sexual en una vivienda de Tarrasa contra una mujer de 37 años. La víctima, que había acudido al domicilio de una amiga para compartir una tarde consumiendo marihuana, terminó viviendo una pesadilla de varias horas, en las que fue brutalmente violada, golpeada y humillada.

Los autores del delito, conocidos en el entorno como «Cubito» y «Sebas», ya habían sido detenidos por los Mossos d’Esquadra. Ambos cuentan con antecedentes penales —uno de ellos con más de 15 registros policiales— y, pese a la gravedad del caso, el juez encargado del procedimiento, Marcos Melendi, decretó su puesta en libertad provisional, una decisión que ha generado profunda indignación entre la ciudadanía y ha reabierto el debate sobre la respuesta judicial ante este tipo de crímenes.

Los hechos, que han conmocionado a los vecinos de la zona aunque no han recibido la cobertura mediática esperada, comenzaron cuando la víctima se encontró casualmente con el novio de su amiga en la calle. Este la acompañó hasta el domicilio donde la esperaba su conocida. Poco después, el mismo joven regresó con otro individuo. Ambos, presuntamente, aprovecharon el ambiente relajado y el consumo de estupefacientes para llevar a cabo un plan macabro.

Según el relato que la mujer ofreció más tarde en sede policial, los atacantes le ofrecieron un porro que contenía alguna sustancia alterada. A las pocas caladas, comenzó a sentirse mareada y con una fuerte sensación de calor. En ese momento, «Cubito» le arrebató el móvil para impedir que pidiera ayuda, y fue entonces cuando comenzó la agresión.

La mujer explicó que, tras quedar completamente aturdida, lo siguiente que recuerda es tener a los dos individuos encima, mientras era asfixiada y sometida sexualmente. Durante el ataque, fue golpeada con puñetazos en la cara y la nariz, y los agresores le introdujeron diversos objetos, todo ello mientras la grababan con un móvil, bebían alcohol y se reían.

Uno de los detalles más escalofriantes del testimonio es que uno de los violadores advirtió al otro: «No le hagas marcas, recuerda lo de Madrid», insinuando que ya habían participado antes en otro episodio similar. Para mayor horror, la amiga con la que la víctima había quedado no sólo no intervino para detener la agresión, sino que presuntamente colaboró, sujetándole la cabeza mientras los otros dos la violaban.

Tras horas de tortura, y una vez que los agresores cesaron el ataque, la mujer logró escapar, aunque bajo amenazas de muerte si llegaba a contar lo ocurrido. A pesar del temor, consiguió contactar con unos conocidos, quienes la trasladaron de inmediato a un centro médico y alertaron a la policía.

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