«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El desprecio de Torra al Rey y el valor de la Cataluña silenciada

El presidente hispanófobo de la Generalitat, merecedor de la bronca de la semana por escenificar su desprecio al Rey y anunciar la ruptura de las relaciones del Govern con la Corona.


El presidente hispanófobo de la Generalitat, Quim Torra, se hace merecedor de la bronca de la semana al escenificar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Mediterráneos su desprecio al Rey -al que no recibió a su llegada y entregó un libro de fotos sobre el 1-O- y anunciar la ruptura de las relaciones del Govern con la Corona, una decisión que conllevará la ausencia de él y de sus consejeros en los actos convocados por el Jefe del Estado.
Torra no ha superado el discurso de Felipe VI el 3 de octubre -en el que denunció la «deslealtad inadmisible» del hoy prófugo Carles Puigdemont y del hoy preso Oriol Junqueras, apeló a «los legítimos poderes del Estado» para «asegurar el orden constitucional»- y su lamentable actitud alienta el enfrentamiento.
La intervención del Jefe del Estado agitó las conciencias e impulsó la rebelión cívica. La mayoría social catalana se levantó contra el golpe harta de humillaciones y de ser silenciada, y perdió el miedo para siempre. Hoy millones de catalanes no toleran la substitución de los símbolos oficiales por los símbolos ideológicos -lazos amarillos- en instituciones y espacios públicos, y se afanan en demostrarlo.
La Gaceta, una semana más, se suma al reconocimiento a su valiente actitud, pese al acoso diario y sistemático de los partidarios del delirio y la ingenuidad de los que piensan que el procés ya se ha acabado tras el levantamiento del artículo 155 de la Constitución y abogan por una solución «dialogada» que pase por acercar a los golpistas a cárceles de Cataluña, «modificar leyes orgánicas del Estado» para poder «recuperar» artículos del Estatut que fueron en su día tumbados por el Tribunal Constitucional» y «encajar a Cataluña» reconociendo la «plurinacionalidad».

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