«Somos naranjas enteras que rompen los modelos patriarcales mediante la autodefensa colectiva», señalan.
Llega San Valentín y las feministas vuelven al ataque asegurando que «el amor romántico mata». «Es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, está al servicio del patriarcado capitalista y es inoculado ferozmente a través de cuentos y películas», dicen, antes de asegurar que «no son medias naranjas ni princesas que esperan su príncipe que las venga a salvar sino naranjas enteras que rompen los modelos patriarcales mediante la autodefensa colectiva».
Se basan en una investigación de la Universidad de Granada que revela que más del 86% de los jóvenes creen que no se puede ser feliz sin pareja y que la aceptación de los mitos románticos «puede desembocar en violencia de género».
El estudio, desarrollado por investigadores de las facultades de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, advierte del «peligro» que conlleva aceptar determinados mitos románticos. Alrededor del 70% de los jóvenes cree que «el amor lo puede todo» y es «ciego», lo que a juicio de los analistas refleja que estos mitos románticos están «muy arraigados».
El profesor del departamento de Psicología Social de la Universidad de Granada José Miguel García Ramírez, que ha dirigido este proyecto, explica que el principal problema es que estos mitos se consolidan entre las mujeres y se potencia en los hombres. Según este estudio, los falsos mitos del amor romántico promocionan el machismo y pueden llegar incluso a generar casos de violencia de género. «Se debe atajar el arraigo de esta serie de mitos desde la raíz, con campañas de sensibilización que eviten estas situaciones y eduquen en valores contrarios a ellos», apunta García Ramírez.
Señala que la mayoría de los mitos románticos «relegan a las mujeres a un plano secundario en el que el hombre tiene el deber de protegerla o someterla», creencias que también otorgan a la mujer características como la paciencia, la dulzura, la comprensión y el rol de cuidadora en la familia, mientras el hombre deber mantener a la familia y se une a la agresividad, la valentía y la valía en el trabajo.
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