El Gobierno de Pedro Sánchez quiere utilizar la llegada de miles de pellets a las costas gallegas como una nueva crisis ecológica de cara a las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero.
La realidad es que estos productos plásticos llevan años vertiéndose en las costas españolas, sobre todo en Tarragona, sin que el Partido Socialista lo haya denunciado como sí hace ahora ante la cercanía de los comicios autonómicos. El Ejecutivo busca así perjudicar al Partido Popular, que gobierna en la actualidad la Xunta de Galicia.
El contenedor cayó al mar hace un mes y los sacos de residuos se han desperdigado por el Cantábrico en las últimas semanas hasta tocar tierra en Galicia y algunos puntos de Asturias. Cada saco de este tipo de pellets pesa unos 25 kilos. Y cada kilo son unos 50.000 microplásticos. La Fiscalía ha abierto diligencias de investigación sobre el vertido.
Las ecologistas advierten de que estos microplásticos pueden ser tragados por peces y aves y afectarles, pero su toxicidad no es comparable con el vertido de chapapote que tuvo lugar en la precampaña gallega del año 2002.
