La Generalidad de Cataluña ha vuelto a insistir en una de sus propuestas económicamente más inasumibles: la renta básica. Una renta básica para todos y que no requiere de ninguna condición. El plan piloto de esta renta básica universal —para los catalanes— fue uno de los grandes proyectos que la Generalidad impulsó en 2021. Dos años después, el Ejecutivo catalán retoma su empeño.
El mencionado plan comenzó con algunas limitaciones. Sería dado a 5.000 personas, de las cuales 2.500 serían elegidas aleatoriamente entre todos los domicilios de Cataluña y las otras 2.500 corresponderían a la población únicamente de dos municipios. El mismo plan pretendía «dar un pago mensual de 800 euros por adulto y 300 por menor de 18 años», según reconoce el propio texto de la medida.
En este sentido, el mismo texto aseguraba: «Se consideran participantes del Plan Piloto todas las personas que, una vez realizada la selección aleatoria por domicilios y de los municipios, y comunicada su selección por correo postal, formalicen su voluntad de participar mediante el formulario web». Lógicamente, la totalidad de la población catalana participaría en un programa que consiste en recibir dinero a cambio de nada.
Dos años después, el Gobierno de Pere Aragonés ha retomado la iniciativa: «De la cuantía de la Renta Básica Universal decimos que es ‘básica’ porque ha de ser suficiente para cubrir las necesidades materiales consideradas elementales de los ciudadanos y las ciudadanas para así promover su libertad real a la hora de decidir sobre sus propias vidas». Nada como decidir con el dinero de todos, claro.
