Tras las elecciones en Venezuela el pasado 28 de julio, marcadas por denuncias de fraude y conocidas como un «pucherazo» por gran parte de la comunidad internacional, las importaciones de petróleo venezolano por parte de España han experimentado un notable aumento. Según los datos del Ministerio de Economía, entre agosto y noviembre de 2024, España gastó un total de 417,5 millones de euros en crudo procedente del régimen de Nicolás Maduro, un incremento del 67,1% respecto al mismo periodo del año anterior.
En términos de volumen, las cifras son aún más llamativas. Durante esos cuatro meses, España adquirió 1.117 millones de kilogramos de petróleo venezolano, un aumento del 88% frente a los 594 millones de kilogramos comprados entre agosto y noviembre de 2023. Esto demuestra que, aunque el precio del crudo venezolano parece haber disminuido en comparación con años anteriores, el gasto total y la cantidad importada han aumentado considerablemente.
Desglosando las cifras mes a mes, agosto de 2024 fue el periodo con el mayor gasto, alcanzando cerca de 140 millones de euros por más de 312 millones de kilogramos de crudo. Sin embargo, en septiembre, aunque las importaciones aumentaron a 363 millones de kilogramos, el coste se redujo a 126,6 millones de euros, mostrando un precio más competitivo. En octubre, las adquisiciones descendieron significativamente a 180 millones de kilogramos, con un gasto de 62,7 millones de euros, mientras que en noviembre las compras volvieron a crecer hasta 261 millones de kilogramos, por un total de 88,7 millones de euros.
Este aumento en las importaciones se produce en un contexto diplomático tenso tras los controvertidos comicios que permitieron a Maduro mantenerse en el poder. Aunque las encuestas a pie de urna otorgaban una clara victoria a la oposición, el Consejo Nacional Electoral venezolano declaró ganador al líder chavista el 29 de julio, alimentando las acusaciones de manipulación.
A pesar de estas controversias, la relación comercial entre España y Venezuela no se ha visto afectada. Los datos sugieren que el Gobierno español ha aprovechado los precios competitivos del crudo venezolano para cubrir parte de sus necesidades energéticas. Sin embargo, la subida tanto en el gasto como en las cantidades importadas refleja un notable cambio en las políticas de adquisición de combustibles fósiles, que ha generado debate sobre los vínculos comerciales con un régimen ampliamente cuestionado por la comunidad internacional.