El nombre Mohamed, de origen árabe, continúa ganando terreno en Cataluña y, especialmente, en la provincia de Barcelona, donde ya se encuentra entre los más frecuentes. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 13.783 personas registradas con este nombre en la provincia, lo que equivale a una frecuencia de cinco hombres por cada 1.000 habitantes.
A nivel autonómico, Mohamed ha superado a nombres catalanes clásicos como Arnau (13.437), Gerard (13.265), Sergi (13.108) y Jaume (12.016), marcando un cambio notable en las preferencias de nombres en la región. Aunque aún no lidera el ranking, el ascenso de este nombre refleja las transformaciones demográficas de Cataluña, impulsadas por su creciente población musulmana. Actualmente, uno de cada cuatro musulmanes en España reside en esta comunidad autónoma.
En el contexto global, el impacto del nombre Mohamed no es nuevo, siendo el más común en todo el mundo. Este 2024, el nombre alcanzó un hito histórico al convertirse en el más popular en Inglaterra, superando por primera vez a clásicos británicos como Noah y Oliver.
Pese a la irrupción de Mohamed, nombres tradicionales como Antonio (67.135), José (60.639) y David (51.694) aún dominan el listado de los más habituales en la provincia de Barcelona. Otros nombres catalanes destacados como Pol (16.381), Pau (15.813) y Eric (13.956), sin embargo, observan cómo Mohamed está cerca de alcanzarlos en popularidad.
A nivel nacional, los nombres más comunes en España siguen siendo María del Carmen (630.253 personas) y Antonio (614.853), reflejando la permanencia de las preferencias tradicionales en muchas regiones. Sin embargo, en comunidades como Cataluña, el cambio demográfico y cultural está provocando un desplazamiento progresivo de nombres históricos catalanes y españoles en favor de otros más vinculados a comunidades migrantes.
La transformación en las preferencias de nombres no es solo un dato anecdótico, sino un reflejo de las dinámicas sociales y demográficas en España, que continúa adaptándose a una realidad multicultural. La diversidad, especialmente en regiones como Cataluña, está dejando su huella en la identidad y las tradiciones locales.