El Parlamento Europeo publicó un estudio a finales del mes de septiembre llamado Medidas tributarias nacionales en respuesta a la crisis del COVID-19. Evaluación de su impacto y lecciones de resultados a aprender para futuras crisis.
Este estudio pone de manifiesto las debilidades que existieron en la política fiscal del Gobierno socialista de España en el período 2019-2022, durante la pandemia de Covid-19. Si bien el país experimentó un notable aumento en los ingresos fiscales, este incremento no se tradujo en mejoras para la población, sino más bien en el deterioro de su bienestar económico.
Según el análisis, España fue una de las naciones, junto a Lituania, que experimentó un crecimiento significativo en los ingresos fiscales durante el período 2011-2022. De hecho, se ubicó como el cuarto país que más recaudó en la Unión Europea (UE) en 2021, sólo superado por Alemania, Francia e Italia, con ingresos fiscales superiores a los 300.000 millones de euros. Sin embargo, el incremento fiscal, sin parangón en otros países, no se tradujo en beneficios para los ciudadanos.
España fue el único Estado miembro que, después de la crisis de la Covid-19, optó por aumentar de forma permanente los impuestos sobre la renta, la propiedad y el capital. En contraste, otras naciones, como Polonia y Suecia, redujeron tributos como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. El Gobierno español también aumentó la base imponible del impuesto sobre la renta a raíz de la Covid-19, en contraposición a la mayoría de los Estados miembros que optaron por disminuirla.
En cuanto a la imposición indirecta, España fue la única nación que optó por aumentarla en ese periodo. Esta expansión fiscal se justificó en parte para hacer frente a los gastos de la Agenda 2030 y el crecimiento del sistema autonómico, lo que, según el informe, ha tenido graves consecuencias en términos de empleo.
El análisis del Parlamento Europeo muestra que la falta de políticas que reduzcan los impuestos sobre la renta ha llevado a que la tasa de ocupación laboral en España se encuentre rezagada en comparación con el promedio de la UE en 2022. Además, las políticas de corte socialista y comunista impulsadas por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y su ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, han contribuido a una tasa de pobreza que sólo se encuentra por encima de la de Rumanía, Bulgaria y Grecia.
Este informe pone en evidencia que España tiene ahora mismo graves debilidades económicas y una población que enfrenta una creciente precariedad laboral y pobreza. La necesidad de reconsiderar estas políticas fiscales se vuelve apremiante para garantizar el bienestar de los españoles.