La borrasca Jana dejó este domingo una jornada de caos en Castilla y León, con las provincias de Segovia, Ávila, Salamanca y León sufriendo los efectos más graves del temporal. El Espinar fue uno de los puntos más afectados, donde la crecida de los ríos Eresma y Moros, unida a los fuertes vientos y las intensas precipitaciones, provocó desbordamientos e inundaciones que obligaron a cortar varias carreteras de acceso. A lo largo del día, calles y garajes quedaron anegados, mientras se producían apagones en distintos sectores del municipio.
Ante el agravamiento de la situación, el Ayuntamiento instó a la población a no salir de sus viviendas, difundiendo la recomendación a través de las redes sociales. Durante la tarde, se llevó a cabo una reunión entre representantes de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y el propio consistorio para coordinar el operativo de emergencia. De manera paralela, el Centro Coordinador de Emergencias de la Junta de Castilla y León movilizó diferentes recursos para prestar apoyo en la zona.
La capital segoviana también sufrió las consecuencias del temporal, con el Eresma desbordándose en varios puntos clave, como la Casa de Moneda, el paseo de la Alameda del Parral y el restaurante del Ingenio Chico. En cuestión de horas, el nivel del agua creció de forma alarmante, alcanzando casi un metro en el patio central y superando el medio metro dentro de la nave museo y otras estancias cercanas a la ribera. Como medida de precaución, la Policía Local restringió el acceso a varias áreas inundadas.
En distintos puntos de la provincia, la alerta se extendió a Valsaín, Pajares de Pedraza, La Granja, la salida del embalse del Pontón Alto, Bernardos y Coca, donde se registraron incidencias similares. En Ávila, el río Adaja desbordado mantuvo a la capital en vilo, mientras que en Navaluenga el Alberche obligó a cerrar el tráfico entre ambas orillas y anegó varias vías urbanas. Sin embargo, el consistorio local transmitió un mensaje de tranquilidad, asegurando que la situación estaba bajo control gracias a la intervención de la Guardia Civil y Protección Civil.
En Salamanca, la localidad de Robleda estuvo en máxima alerta por la crecida del río Mayas, al igual que Puente Resbala, donde el Huebra también registró desbordamientos. En la provincia de León, las complicaciones se concentraron en la capital, Villamanín y Cascantes con el Bernesga, así como en Velilla de la Valduerna, donde el Duerna salió de su cauce.
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, expresó su preocupación por el temporal y pidió máxima prudencia a los ciudadanos. A través de su perfil en X, manifestó estar «siguiendo de cerca la evolución de los ríos en Castilla y León y la situación meteorológica ante los avisos por lluvias y nieve». «Es un día complicado, pido a todos que extremen las precauciones y atiendan las recomendaciones de los servicios de emergencia y las fuerzas de seguridad», añadió.
El temporal provocó un aluvión de incidencias en toda la región. Hasta las 19.00 horas, el Centro de Emergencias 112 de Castilla y León recibió más de 200 llamadas por problemas derivados del viento y de la lluvia, derivando en la gestión de 144 avisos a los equipos de rescate. De ellos, 111 estaban relacionados con daños provocados por las ráfagas de viento, incluyendo 57 incidencias por obstáculos en carreteras y calles, como árboles caídos, señales derribadas, contenedores desplazados y otros objetos en peligro de desprendimiento.
El reparto de los incidentes coloca a Valladolid y Ávila como las provincias con mayor número de avisos, con 26 y 25 respectivamente. Segovia registró 22, mientras que en León fueron 13. En Burgos se atendieron nueve avisos, en Palencia seis, en Salamanca cinco y en Zamora otros cinco.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que la situación podría empeorar en las próximas horas, ya que los caudales de los ríos siguen en aumento, lo que mantiene en vilo a los servicios de emergencia y a la población.