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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Valle de los Caídos y la lucha izquierdista por la bandera de la revancha

El presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, Pablo Linares, recuerda en declaraciones a La Gaceta que el monumento fue construido «para la paz, la concordia y la reconciliación», y que Franco no podrá ser exhumado si su familia se niega.


El Valle de los Caídos y la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) son claves en la batalla en la izquierda por la bandera de la Memoria Histórica. Podemos y el PSOE compiten por ver quién muestra mejor su obsesivo «revanchismo», visto que en la actualidad las encuestas no favorecen la reedición de un nuevo Frente Popular.
Esta semana, las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau, presentaron la exposición «No pasarán. Madrid 1936. 16 días», una muestra organizada por la Oficina de Derechos Humanos y Memoria, que dirige el tercer teniente de alcalde, el «leninista» Mauricio Valiente, que olvida a las personas del autodenominado bando nacional asesinadas en la represión izquierdista que llenó de checas Madrid y matanza de más de 2.500 personas perpetrada por milicianos al más puro estilo soviético en Paracuellos del Jarama.
Por otra parte, los socialistas, que quieren exhumar a Franco y convertir el Valle de los Caídos en «un espacio para la memoria colectiva democrática, y de dignificación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura», instaron al Gobierno a promover la ilegalización de la FNFF por entender que «enaltece y exalta la dictadura», y para ello presentaron una moción en el Senado que insta a la Abogacía General del Estado a elaborar un informe sobre las posibilidades de extinguirla. Anunciaron esta iniciativa después de que la fundación difundiera un tuit para conmemorar el final de la Guerra Civil del 1 de abril de 1939 bajo la expresión «Hoy celebramos una Victoria tan justa como merecida». 


En su exposición de motivos asegura que las actividades de esta entidad van «en contra» de los principios fijados en la Ley de Fundaciones, como la promoción de los derechos constitucionales, de los principios democráticos, los derechos humanos o el «fortalecimiento institucional». «No parece muy lógico que se adecue a la legalidad una fundación que enaltece y exalta la dictadura, y proyecta su ideario sobre la sociedad española», dice.
Ante estos ataques, la FNFF ha tildado en un comunicado la intención de la formación liderada por Pedro Sánchez «desprecio absoluto a los fundamentos del Estado de Derecho recogidos en la Constitución». Le ha instado además a «acudir a los tribunales» para que «evalúen y juzguen todos y cada uno de los cinco puntos en que basan su pretensión» de ilegalización y ha prometido que lucharán y defenderán la verdad.
«Defenderemos nuestra verdad porque consideramos que Franco fue la solución a todos los problemas que aquejaron a España», ha añadido, antes de asegurar que la Ley de Memoria Histórica es «una Ley de ingeniería social, de claro contenido partidista, excluyente, arbitraria, contraria al interés general, de dudosa constitucionalidad y creada para deslegitimar a todas las instituciones existentes».

El presidente de la entidad, Juan Chicharro, reiteró sus críticas a la Ley -«es liberticida y sectaria», dijo- durante el debate -moderado por Rafael Núñez Huesca- que mantuvo el pasado miércoles sobre el franquismo y la Guerra Civil con el secretario general del Partido Comunista de Madrid (PCM), Álvaro Aguilera, en la Redacción Abierta de Intereconomía TV.

‘Un monumento para la reconciliación’

También ha salido al paso el presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, Pablo Linares, que ha censurado las «preocupaciones» actuales de la izquierda, inmersa en un conflicto por la «desmemoria». Ha salido en defensa del Valle de los Caídos, una vez conocido que se quiere intensificar el proceso de «resignificación» de un monumento construido «para la paz y la concordia», «un lugar absolutamente modélico en el espíritu de hermandad y reconciliación para el que fue concebido» y que contiene a «los caídos de ambos bandos en una guerra fratricida».
En declaraciones a La Gaceta, ha asegurado que el monumento, que en la actualidad recibe 300.000 visitantes cada año, ha sufrido los ataques de las izquierdas -cuando están en el Gobierno-, y también la cobardía y pasividad de la supuesta derecha -el PP- que no hace «nada» para que siga siendo un enclave turístico, religioso y ecológico de primer orden. Asimismo, ha criticado que el PSOE siga anclado en el «guerracivilismo» y «se base en una comisión de pseudoexpertos que desde su nacimiento careció de objetividad, copresidida por Virgilio Zapatero, uno que nos daba lecciones mientras se lucraba con las becas black».
Ha negado también que ellos se opongan a las exhumaciones de los hermanos Lapeña si es que están allí. «No nos oponemos siempre y cuando se encuentren individualizados y tal y como dice el auto se tengan en cuenta los derechos de terceros. Representamos a 156 familias de ambos bandos que se niegan a que toquen los cuerpos de sus parientes», ha añadido.
Sobre la exhumación de Franco, otra de las reivindicaciones de la izquierda, Linares ha recordado que en primer lugar lo tiene que aceptar su familia -si la familia no acepta, el traslado no es posible- y en segundo término, la Iglesia. Esto es porque los restos se encuentran en el interior de una Basílica de carácter pontificio. Cabe señalar que el Congreso instó el pasado año al Ejecutivo a sacar los restos mortales de Franco del Valle de los Caídos en una proposición no de ley impulsada por el PSOE que contó con la abstención del PP.
 

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