La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha impuesto la Cruz al Mérito Naval con distintivo amarillo al soldado de Infantería de Marina, Antonio Carrero Jiménez, fallecido en un accidente de tráfico en Mali, y que fue despedido este domingo por sus familiares, compañeros y autoridades.
Con visible dolor, los padres, la pareja y otros familiares y allegados del soldado fallecido presenciaron la ceremonia militar, tras la que el féretro fue trasladado a Dos Hermanas (Sevilla), su localidad natal, para ser enterrado.
Al dolor de la madre se ha unido Olga Baena, madre de otro de los efectivos españoles que participan en la misión EUTM Mali (Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en Mali), con esta emotiva carta:
«Aquella fría mañana del 10 de enero aún no había amanecido y llenábamos la entrada del aeropuerto de Jerez los familiares y amigos para despedir a nuestros Infantes de Marina del Tercio de Armada con destino a Mali, para muchos su primera misión.
Entre las charlas del último momento tuvimos un desalojo inesperado hacia el aparcamiento, primer susto antes de partir… en unos minutos mientras embarcábais sonaban nuestros aplausos con el deseo de veros llegar en unos meses a TODOS.
Revivo imágenes de aquella mañana mientras esperábamos para ver despegar el avión que os trasladaba hasta Bamako. Conteniendo la emoción alguna futura mamá, secándose las lágrimas alguna novia y también recuerdo a un pequeño con la mochila en la espalda, preparado para ir al cole después de despedir a papá. Y allí entre otros rostros emocionados probablemente estarías tú también.
Han vivido lejos de su país, trabajando al servicio de los demás. Sí, de la libertad y de la paz. Lo han hecho en condiciones que algunos tildarían de insufribles, por el calor extremo, para ellos a lo más, a veces algo incómodas.
«No me llores madre mía si en la lucha he de quedar»… Himno de los Infantes de Marina, ellos lo cantan con fuerza, pero nosotras, sus madres, lloramos. Sí, lloramos y lo hacemos si sabemos de un hijo herido, si no podemos consolarle y lo necesita, y cuánto más si lo perdemos inesperadamente.
Ante jóvenes que quieren vivir del cuento, sin esfuerzo ni disciplina, nosotras no podemos sino sentirnos orgullosas de nuestros Infantes, que entregan hasta su vida en defensa de los valores que juraron.
Recibe nuestro pesar y cariño, el de todas las madres de los Infantes de Marina que ayer lloramos contigo al conocer la noticia. El de todas las madres de militares españoles, que te abrazamos en la distancia con el afecto que te mereces por ser madre de militar.
Pedimos que la Virgen del Carmen, que ayer recogió a Antonio amorosamente en sus brazos, te dé el consuelo de Madre a madre».