«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La eliminación de este tipo de infraestructuras ha provocado numerosas inundaciones

España lidera la lista europea de demolición de presas con más de 500 en los últimos 20 años

La Comunidad de Navarra derriba una presa. Europa Press

La Comunidad Valenciana sigue sufriendo las consecuencias de la gota fría (DANA) y las lluvias torrenciales —sumadas a algún tornado— ya han elevado a 51 el número de víctimas que se conoce. Mientras tanto, cabe destacar que el embalse de Forata, construido en 1969, ya ha detenido un caudal de más de 1.100m³/s. Pero en las últimas dos décadas, más de 560 infraestructuras, entre presas, azudes y molinos, han sido desmanteladas en diversos ríos de España.

Este fenómeno, que busca devolver la naturalidad a los ríos, ha generado un intenso debate entre quienes consideran que tales demoliciones son un atentado contra el patrimonio hidráulico y un riesgo para la salud, y aquellos que defienden su necesidad «para la recuperación ecológica».

La polémica, agravada bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, se extiende a varias provincias, desde Albacete hasta Guipúzcoa, donde numerosas infraestructuras fluviales han sido destruidas. Una Organización de Usuarios y Consumidores de Agua sostiene que estos derribos facilitan el aprovechamiento del agua por parte de grandes industrias. «Se comercializan los caudales y se aplican criterios de mercado, mientras el Gobierno destina 2.500 millones de euros a la demolición de nuestro patrimonio», señala.

A pesar de estas críticas, defensores de la eliminación de barreras fluviales argumentan que el proceso «es esencial para restablecer la funcionalidad natural de los ríos y la biodiversidad acuática». Según cifras del proyecto europeo Dam Removal, en 2021, España lideró la retirada de obstáculos con 108 demoliciones, casi la mitad del total en Europa. La española Pao Fernández Garrido, responsable del proyecto, señala que estos números son sólo una estimación y que podrían ser incluso mayores.

Los ecologistas también han respaldado el derribo de estas presas, advirtiendo de que la presencia de obstáculos en los ríos representa «una grave amenaza» para algunas especies.

Sin embargo, la eliminación de este tipo de infraestructuras ha provocado inundaciones en zonas como la cuenca del río Voltoya, el río Cega o ahora decenas de localidades ubicadas en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. Según expertos en la materia, la remoción de barreras reduce la capacidad de los ríos para controlar crecidas, aumentando el riesgo para las poblaciones locales y destruyendo ecosistemas estables.

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