El exministro socialista Celestino Corbacho ha aludido a razones «personales», pero «fundamentalmente políticas», en su decisión «dolorosa» de haber dejado la militancia del PSC, y ha desmentido rotundamente que vaya a afiliarse a otro partido, como por ejemplo Ciudadanos.
El pasado viernes, Corbacho tramitó su baja como militante del partido a través de una carta dirigida al líder del PSC, Miquel Iceta, y al secretario de Organización, Salvador Illa, y, según fuentes socialistas, entre los motivos que le han llevado a tomar esa decisión estaría su malestar por no sentirse valorado y por haber quedado apartado de responsabilidades en el seno de la dirección del PSC tras el último congreso del partido, en 2016.
En declaraciones a Rac1, Corbacho no ha querido entrar en detalles y se ha limitado a explicar que se ha tratado de un «cúmulo de circunstancias y una reflexión política y personal en los últimos tiempos, y al final un día acabas tomando esta decisión, por dolorosa que sea, porque tras tanto años que has formado parte de un partido y éste de tu vida, son decisiones que no son agradables».
El exministro y exalcalde de L’Hospitalet de Llobregat ha asegurado que su «cajón de vanidades está lleno», por lo que ha negado que necesite «protagonismo», y ha ironizado con que las únicas fotos que necesita actualmente «son con amigos, para tenerlas de recuerdo».
Corbacho nació en Valverde de Leganés (Badajoz) en 1949, entró a militar en el PSC en 1976 y, entre sus principales responsabilidades políticas, fue alcalde de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) entre 1994 y 2008, año en el que fue nombrado ministro de Trabajo e Inmigración, hasta octubre de 2010.
También fue diputado del Parlamento de Cataluña y, en 2011, fue elegido presidente del Consejo Nacional del PSC y miembro de la comisión ejecutiva del partido.