Forcadell, que hace sólo veinte días dijo que «no darían ni un paso atrás», negó todo el procés en el Supremo.
La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, se retractó este jueves en el Supremo del golpe de Estado, acató el 155, señaló que la declaración unilateral de independencia fue simbólica y se comprometió a no salirse del marco constitucional en sus futuras actuaciones política. Le faltó tiempo, en definitiva, para arrancarse por Manolo Escobar y besar la bandera de España.
Forcadell, que hace sólo veinte días dijo que «no darían ni un paso atrás», lo negó todo y se mostró cobarde -muchos militantes separatistas ya se lo han criticado a través de las redes-.
#21Oct La presidenta del Parlament, Carme Forcadell: «No daremos ningún paso atrás» – @el_paispic.twitter.com/S1As8ffce9
— Reporte Ya (@ReporteYa) 21 de octubre de 2017
No es la primera vez que el separatismo, capaz de proclamar la independencia y suspenderla a los ocho segundos para pedir diálogo-, muestra su falta de gallardía. «¿Qué independencia van a reclamar si no tienen narices de dar la cara? Se esconden, son unos cobardes». Estas fueron las palabras del portavoz del PP, Xavier García Albiol, el pasado 27 de octubre en el Parlament tras conocer la petición de Junts pel Si de votar de forma secreta la DUI. También ahí fueron incapaces de dar la cara por miedo a la legalidad española y al Estado de Derecho y votaron una ilegalidad de forma nominal, en urna y ante la ausencia de todos los diputados del PP, Ciudadanos y PSC.
Antes, el expresident fugado Puigdemont había ofrecido la convocatoria de elecciones y la retirada de la DUI a cambio de la impunidad de los golpistas, la suspensión del artículo 155, la salida de la Guardia Civil y la Policía Nacional de Cataluña y la libertad de los ‘Jordis’. Mucho para tan poco.
La encarcelación de los líderes de la ANC, Jordi Sànchez, y de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, por sedición también llevó consigo una ración de «cobardía». Todo el separatismo -y Podemos- han pedido la libertad de los ‘Jordis’ -y posteriormente la del exvicepresidente Junqueras y los ocho exconsejeros- acusados de haber dirigido y alentado a las masas los días 20 y 21 de septiembre para intentar impedir la operación policial contra la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, calificándoles de «presos políticos», algo que ni sus propios abogados consideraron. Según reveló la líder de CS en Cataluña, Inés Arrimadas, en su intervención en el Parlament, en las 36 páginas de alegaciones a la juez no escribieron «presos políticos» en ninguna ocasión.
Diversos juristas han señalado que alguien es preso político si la detención viola alguna de las garantías recogidas en la Convención Europea de Derechos Humanos, es discriminatoria con respecto a otras personas, es impuesta puramente por razones políticas, las condiciones de la condena no son proporcionales al delito cometido o es el resultado de un proceso judicial claramente injusto. Los ‘Jordis’, Junqueras y los exconsejeros no cumplen estos requisitos.
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Arrimadas predijo cómo se comportaría Forcadell ante el Supremo