«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
en el momento en que el gobierno intentaba limpiar la imagen de la compañía

Huawei contrató a Aldama a la vez que a las hijas del expresidente Zapatero

Víctor de Aldama al salir de prisión. Redes sociales

Entre 2020 y 2021, Huawei desplegó en España una campaña de influencia a gran escala para sortear el veto internacional que le impedía acceder al mercado del 5G. El gigante chino movilizó sus redes de contactos para ganarse el favor tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como de las principales operadoras nacionales.

Uno de los actores clave en esta operación fue Víctor de Aldama, contratado como «consultor» en un contrato intervenido por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. A la vista del documento —al que ha tenido acceso The Objective— se observa la firma manuscrita de Aldama fechada el 16 de febrero de 2021, apenas 48 horas antes de que Whathefav, la agencia de comunicación propiedad de Laura y Alba Rodríguez Espinosa (hijas del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero), añadiera oficialmente a Huawei a su cartera de clientes.

El contrato de 32 páginas, marcado como «privado y confidencial», detalla la misión encomendada a Aldama: realizar estudios sobre nuevas tecnologías, análisis del estado del arte, investigaciones especializadas en tecnologías emergentes y evaluar alternativas tecnológicas. Curiosamente, la actividad declarada de su empresa en el Registro Mercantil se centra en la construcción, instalaciones y mantenimiento, además de la distribución comercial, importación y exportación, sin evidenciar experiencia en consultoría tecnológica.

Huawei no se limitó a contratar a exexpolíticos para abrir puertas en las altas esferas. También firmó una alianza con la pequeña firma Deluxe Fortune S.L., cuyo único empleado y propietario fue Víctor de Aldama, que hoy figura como pieza clave en el caso Delorme. Esta alianza, hasta ahora inadvertida, se inscribe en un entramado de sociedades, tráfico de influencias, comisiones y sobornos que apunta a varios ministros y altos cargos del Gobierno de Pedro Sánchez.

La ofensiva de Huawei se apoyó en un plantel de lobistas y consultores, cuya punta de lanza fue la consultora Acento, fundada por el exministro de Fomento José Blanco, exsecretario de Organización del PSOE y mano derecha de Zapatero. El expresidente Zapatero actuó también como nexo entre los intereses de Huawei y Moncloa, buscando evitar que el veto impuesto por Estados Unidos en 2019, bajo acusaciones de espionaje, limitase la expansión del 5G en España.

La relación mercantil entre Huawei y la empresa de Aldama se inició el 15 de febrero de 2021, y el contrato fue formalizado al día siguiente, con las rúbricas de Jin Yong, representante de Huawei Technologies España S.L., y de Aldama. El documento, incautado por la UCO en uno de los dispositivos de Aldama cuando fue detenido en febrero de 2024, exige al consultor el uso de sus «mejores técnicas para ejecutar el trabajo».

Tan sólo dos días después de formalizar este acuerdo —el 18 de febrero de 2021—, la agencia Whathefav incorporó oficialmente a Huawei en su lista de clientes, posicionando al gigante asiático en la primera página de su portafolio. Este registro, reflejado en la web corporativa de la agencia, no deja rastro del trabajo realizado para Huawei ni del importe facturado, lo que añade otro matiz a la compleja red de influencias.

Además, la incorporación de Huawei a Whathefav coincidió con el encargo que la compañía china le había realizado a José Luis Rodríguez Zapatero para mediar con el Gobierno de Sánchez y las grandes operadoras —especialmente Telefónica— con el objetivo de desatascar el veto impuesto por EE. UU. en 2019. Esta maniobra se sincronizó prácticamente con el encuentro de Zapatero con Nicolás Maduro en enero de 2023, en el que el expresidente se ofreció a limpiar la imagen internacional del régimen chavista, dando lugar a la entrada de un cliente venezolano en la agencia de comunicación de sus hijas.

+ en
Fondo newsletter