«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Jóvenes murcianos crean un método que reaprovecha el 100 % del agua desalada

Una tecnología desarrollada por dos jóvenes emprendedores murcianos permite reaprovechar el agua sobrante de los procesos industriales de desalación y convertir los residuos en lejía cerrando así el ciclo de la economía circular.

Por cada 100 litros de agua, 70 son utilizados en la industria y los 30 sobrantes se tiran, ha explicado el cofundador de ‘Useful Wastes’ (‘Residuos útiles’, en español) Ricardo Martínez -de 26 años de edad-, quien afirma que, gracias a su nueva tecnología, es posible reutilizar esos 30 litros transformando 21 en agua más dulce y convirtiendo en residuo y, posteriormente en lejía, los 9 litros restantes.

Martínez, junto con su socia Cristina Varona -de 25 años-, ha diseñado esta metodología para reaprovechar la salmuera, residuo de las desaladoras, en la obtención de lejías y optimizar así la explotación del recurso hídrico, además de fomentar la economía circular y el cuidado del medio ambiente.

El agua es «un recurso esencial y cada vez lo va a ser más», según Ricardo Martínez, quien advierte de que la sociedad «no es consciente, porque la utiliza mal, incluso desastrosamente» y pone como ejemplo las malas prácticas desarrolladas en el pasado por las grandes desaladoras que, además de su contaminación acústica, vertían las salmueras a ramblas, alcantarillados o directamente al océano.

De esa manera incrementaban los niveles de sal en zonas marinas que «acababan con la vida de muchas especies», aunque en la actualidad los procesos han cambiado gracias a las nuevas normativas y ahora es preciso diluir los residuos a medida que avanzan por los conductos hasta vertirse en el mar, ha precisado.

El proceso generalmente utilizado para la desalación es la ósmosis o igualación de las concentraciones de distintos líquidos con porcentajes desiguales de solutos -o sustancias disueltas-, pero en el caso de ‘Useful Wastes’ se emplea la ósmosis inversa para depositar las sales en una membrana semipermeable que separa ambos líquidos, lo que permite reutilizarlas mediante un proceso físico de precipitación.

A partir de esta «segunda ósmosis», se obtiene un tipo de residuos «muy concentrados en sales, que no puede desecharse por problemas ambientales y que, a través de procesos electroquímicos, convertimos en lejías que la industria puede reutilizar», ha detallado.

Además, estas lejías se pueden emplear en la industria alimentaria y la limpieza de bidones o elementos de los procesos de la industria como los suelos.

Esta tecnología, considera, es «la mejor alternativa para obtener agua dulce, ya que se aprovecha el 100 % del recurso», a pesar de que consume mucha energía para realizar la ósmosis inversa.

Martínez desarrolló la idea gracias a una de sus profesoras, aficionada al buceo, que en cierta ocasión denunció en clase la contaminación por las salmueras en el mar afirmando que «quien consiga encontrar una solución al problema medioambiental de las salmueras, se hace de oro».

«Ese comentario me cambió la vida y, aunque todavía no soy de oro, la empresa marcha bien» gracias entre otros factores a su compañera y socia Cristina Varona, «sin la cual no hubiera podido llevar a cabo esta idea».

‘Useful Wastes’ tiene sede en Tudela (Navarra) y centro de trabajo en Cartagena (Murcia) y ha recibido diferentes premios y reconocimientos por su labor en I+D en pro de la eficiencia hídrica y el consumo responsable.

«Cada vez es más difícil encontrar personas que se preocupen realmente por el medio ambiente», se lamenta Martínez, como demuestra la situación del sector del agua donde todavía «es más fácil tirar residuos que asegurarte de no contaminar».

Aún así, augura un futuro prometedor a España, por ser «pionera» en un sector con posibles mercados como Estados Unidos o Arabia Saudí, «que se abastecen de agua desalada«.

Es una «solución fácil porque el planeta está formado por dos terceras partes de agua, el desierto cada vez está más cerca y cada día llueve menos», ha concluido.

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