La Audiencia Nacional ha condenado a Mohamed El Gharbi y a Karim Abdeselam Mohamed a siete años de cárcel como integrantes de un frente yihadista que constituyeron mientras estaban en prisión para unir a presos por delitos relacionados con el terrorismo islamista. El tribunal, sin embargo, ha absuelto al tercer acusado.
En una sentencia de 154 páginas, la Sala de lo Penal condena a los dos acusados como autores de un delito de captación y adoctrinamiento terrorista, del que libran a Abdelah Abdeselam. Asimismo, los magistrados absuelven a los tres del delito de colaboración con organización terrorista.
En el fallo, el tribunal asegura que tanto El Gharbi como Mohamed «ya se encontraban radicalizados con anterioridad a su ingreso en prisión a la vista de la naturaleza de los delitos por los que habían sido condenados». «Durante su estancia en prisión en vez de optar por desradicalizarse y socializarse de alguna manera, optaron por lo contrario, llevando a cabo en los centros penitenciarios en los que eran ingresados una actividad proselitista de captación y adoctrinamiento de otros internos en los términos expuestos», apunta la sentencia.
Los magistrados sostienen que «las conductas de El Gharbi y Mohamed, lejos de mostrar arrepentimiento o alejamiento de las acciones que les llevaron a prisión, han acreditado la firme voluntad de seguir permaneciendo y obedeciendo el ideario radical de la organización terrorista» Estado Islámico, «por cuyas colaboración e integración en la misma fueron encarcelados».
Además, aseguran que sendos condenados transmitieron «dicho posicionamiento a otros internos en similares circunstancias, a fin de que cuando recobrasen la libertad poder seguir con aquella colaboración en su día prestada, o con otra diferente, pero sin duda con la misma finalidad y motivación».
A este respecto, el tribunal pone el foco en la «intensa relación entre los acusados, así como con otros internos no obstante encontrarse en distintos centros penitenciarios, con un denominados común cual es el ideario radical del DAESH y su admiración por dichos postulados de los que tratan no apartarse ni un ápice».
«Ni permiten que otros internos lo hagan, para lo cual reproducen intensa y repetitivamente en su misivas los elementos propagandísticos de aquél (banderas, lemas, emblemas, cánticos) y la necesidad de permanecer fuertes y unidos, pese a las adversidades, frente a sus enemigos, considerando como tales al resto de personas que no sólo profesan la religión musulmana, sino también a los musulmanes no radicales, viniendo obligados a levantar la bandera de la unificación entre todos los musulmanes y que la palabra de Dios y de su profeta les guíe para hacer la yihad», añaden.