«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La provincia registra una media de tres llegadas de inmigrantes menores al día

La Diputación de Vizcaya sospecha que mafias traen menas a la región: «Aparecen con un papel lleno de instrucciones»

Menores inmigrantes en un centro de acogida del País Vasco. Redes Sociales

La llegada masiva de menores extranjeros no acompañados (menas) a Vizcaya desde principios de este año ha llevado a la Diputación a declarar la situación de «excepcionalidad«. Según explicó Leixuri Arrizabalaga, portavoz foral, esta medida permite habilitar recursos temporales para alojar a los menores, aunque sin garantizar la atención socioeducativa requerida por la normativa. Este escenario ha saturado los 16 centros de acogida disponibles, que ahora se enfrentan a un ritmo promedio de tres nuevas llegadas diarias desde enero.

Uno de los principales puntos de acogida es el centro de Amorebieta, que, diseñado como instalación de «primera acogida», ha estado trabajando muy por encima de su capacidad. Con espacio para 34 menores, llegó a albergar hasta 60 en septiembre de 2023, antes de que la afluencia alcanzara niveles récord. Este albergue recibe a los menas localizados por la policía, en comisarías o a través de entidades sociales, para luego integrarlos en la red de atención foral dependiendo de su perfil y de la disponibilidad en otros centros.

Mientras tanto, las cifras de Vizcaya contrastan notablemente con las de territorios vecinos. Guipúzcoa, por ejemplo, reporta menos de un menor acogido al día (0,6), y en Álava o comunidades cercanas como Navarra y La Rioja no se han activado protocolos de emergencia similares. «Bizkaia registra el mayor ratio de llegadas del país», afirmó Arrizabalaga, planteando interrogantes sobre la disparidad regional.

La Diputación y fuentes policiales sospechan que el auge de menores en Vizcaya podría estar relacionado con redes organizadas. Según explican, muchos menores llegan con instrucciones específicas escritas en un papel, indicando centros de acogida o comisarías locales. Esta hipótesis recuerda a un caso de 2018, cuando la Policía Nacional desmanteló una trama que introdujo en Vizcaya a 500 menores en un año. En ese caso, el núcleo de la red estaba en Andalucía, mientras que colaboradores en Bilbao recibían a los jóvenes, la mayoría provenientes de una misma región de Marruecos.

Amaia Antxustegi, responsable foral de Acción Social, declaró que son «otras administraciones las que tienen que explicar» el desvío de menores hacia Vizcaya, pero dentro de la institución foral se habla abiertamente de movimientos organizados. La situación se complica por la crisis migratoria en Canarias, donde miles de menores esperan ser trasladados a la península, lo que podría estar ejerciendo presión sobre la red de acogida del resto del país.

Este aumento de menores ha generado una sobrecarga sin precedentes en el sistema de acogida de Vizcaya, evidenciando la necesidad de mayor coordinación entre administraciones y posibles medidas para prevenir la acción de mafias que aprovechan las vulnerabilidades del sistema migratorio.

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