«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
ESTABA INFORMADA DE LAS ANOMALÍAS

La ministra Diana Morant fue informada de las irregularidades en el CNIO y rechazó investigar el asunto

La ministra de Innovación, Ciencia y Tecnología, Diana Morant. Alberto Ortega

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) enfrenta una tormenta interna de denuncias, irregularidades y críticas que salpican tanto a su directora, María Blasco, como a la ministra de Innovación, Ciencia y Tecnología, Diana Morant.

Morant, a quien los responsables del CNIO intentaron informar de las anomalías en varias ocasiones, habría desestimado las preocupaciones. Según fuentes internas consultadas por Abc, la ministra habría zanjado los intentos de informar sobre los problemas con un tajante: «Con María [Blasco], todo está bien».

Esta actitud ha sido cuestionada por trabajadores del CNIO, quienes previamente advirtieron al secretario de Estado de Innovación, Juan Cruz Cigudosa, y a la presidenta del Patronato, Eva Ortega, que apoyar la gestión de Blasco los haría cómplices de las irregularidades. Sin embargo, ambos reconocieron que sus propios intentos de alertar a la ministra habían fracasado.

Durante una reunión del Patronato en junio pasado, ni Ortega ni Cigudosa llevaron a cabo investigaciones sobre las acusaciones, a pesar de comprometerse a analizar la situación. Según testimonios de empleados, estas promesas quedaron en el aire, y las quejas sobre la gestión de Blasco, especialmente de científicos, continuaron acumulándose.

Representantes del centro señalan que la pasividad de Ortega, Cigudosa y Morant los convierte en responsables de las anomalías detectadas en la gestión del CNIO, que van desde decisiones administrativas cuestionables hasta gastos no justificados.

El programa CNIO Arte, uno de los focos de controversia, ha sido señalado como ejemplo de desvío de recursos. Bajo este proyecto, se adquirieron obras de arte y se contrataron profesionales externos, a pesar de que no guardaban relación con la investigación oncológica. Las obras incluso fueron exhibidas internacionalmente en costosos viajes, en los que participaron altos cargos del centro.

Además, auditorías realizadas al CNIO identificaron pagos irregulares a María Blasco, incluyendo un sobresueldo anual de aproximadamente 30.000 euros que no le correspondía. Aunque los auditores reclamaron la devolución de este dinero, no consta que haya sido reembolsado.

También se denunció la contratación de personal ajeno al ámbito oncológico y un intento de modificar el contrato de Blasco para hacerlo indefinido, algo que contravenía las normativas del Patronato, que establecen periodos renovables de cinco años.

La acumulación de denuncias ha obligado a convocar un Patronato extraordinario el próximo 29 de enero. En esta reunión, se analizarán las acusaciones formuladas por los trabajadores y las explicaciones que Blasco ofrezca sobre su gestión.

Fuentes del CNIO anticipan que esta sesión será decisiva para determinar si las justificaciones de Blasco son suficientes o si, por el contrario, se procede a su destitución.

El escándalo del CNIO no sólo pone en entredicho la administración interna del centro, sino también la capacidad de las autoridades para responder ante denuncias graves. La actitud de desatención por parte de la ministra Morant y el respaldo explícito a Blasco han generado una creciente presión sobre el Gobierno para tomar medidas contundentes en un caso que amenaza con erosionar la confianza en las instituciones científicas del país.

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