«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
la Alianza deja claro el objetivo de alcanzar el 5% del PIB en un plazo de diez años

La OTAN desmonta el relato de Sánchez y le exige un control anual de sus inversiones militares

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

La OTAN ha dejado al descubierto el último intento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de vender un relato edulcorado sobre el gasto en Defensa. El nuevo secretario general de la Alianza, Mark Rutte, lo expresó con contundencia: España no podrá cumplir sus compromisos militares aportando sólo el 2,1% del PIB. La organización exige un esfuerzo muy superior, que alcance el 3,5% en gasto militar clásico, dentro de un objetivo global del 5%.

Rutte desmintió así al Gobierno socialista, que pocas horas antes había anunciado un supuesto acuerdo que permitiría a España rebajar su aportación. La OTAN, sin embargo, no contempla excepciones. «En la OTAN no hay cláusulas de exclusión ni pactos paralelos«, afirmó tajante Rutte. Para asegurarse de que Sánchez no vuelve a incumplir lo prometido, como ya sucedió tras la cumbre de Gales en 2014, España deberá presentar un informe anual sobre sus inversiones y avances en capacidades militares.

Mientras la Alianza deja claro el objetivo de alcanzar el 5% del PIB en Defensa en un plazo de diez años, con la fórmula 3,5% destinado a gasto militar directo y 1,5% a infraestructuras y ciberseguridad, desde Moncloa se insiste en defender una supuesta «flexibilidad» que le permitiría mantener el 2,1%. Esa interpretación choca frontalmente con la posición oficial de la OTAN, de Estados Unidos y de varios países aliados, especialmente aquellos más expuestos a la amenaza rusa, que consideran la postura española como una muestra de falta de solidaridad.

El malestar entre los aliados crece. Bélgica ha reclamado también esa supuesta flexibilidad a la que apela España, temiendo un efecto contagio que rompa la unidad de la Alianza. Desde Estados Unidos, la delegación norteamericana recordó que el objetivo sigue siendo el 5%, a la espera de que el presidente Donald Trump se pronuncie durante la cumbre en La Haya.

Pese a la presión internacional, Sánchez se aferra a un intercambio de cartas con Rutte que, según Moncloa, avala su posición. El Ejecutivo sostiene que la ambigüedad calculada de la declaración final permitirá a cada país interpretarla según sus intereses, evitando expresiones como «todos los aliados» para dar cabida a relatos nacionales divergentes. Desde el Gobierno incluso deslizan que Trump podría beneficiarse de la misma «flexibilidad» para justificar que tampoco su país alcanzará el 5%.

Mientras tanto, la credibilidad de España dentro de la OTAN vuelve a estar en entredicho, con un Sánchez empeñado en maquillar los compromisos reales y una Alianza que, por primera vez, vigilará año a año si el Gobierno socialista cumple de verdad lo que promete.

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