La toma de control de los Mossos d’ Esquadra y convocatoria de elecciones en un plazo de 3 a 6 meses son algunas de las consecuencias que implicaría.
Si el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, no detiene el golpe de Estado antes de las diez de la mañana del jueves, el Gobierno aplicará el artículo 155 de la Constitución. ¿Con qué consecuencias? La toma de control de los Mossos d’ Esquadra, entre otras.
Según ha publicado El Confidencial, Interior contempla cesar a los mandos de la policía autonómica, poner en su lugar a efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil y apoyarse en los 8.000 ‘mossos’ que se mantienen leales al ordenamiento constitucional, que representan al 47% de la plantilla.
Estos tendrían el apoyo de los 6.000 efectivos que Interior ha enviado a Cataluña desde todos los puntos de España, que comenzaron a llegar antes de la Diada, el 11-S. A ellos se suman, además, 2.800 policías nacionales y 1.900 guardias civiles destinados en la comunidad.
El 155 traerá también una convocatoria de elecciones autonómicas. La previsión es que haya nuevos comicios en un plazo de tres a seis meses. Cabe recordar que el presidente del Gobierno no era muy partidario de nuevas elecciones autonómicas, el PSC tampoco lo veía claro, pero el PP Catalán y C’s sí.
De la actuación del Gobierno catalán y los partidos separatistas dependerá hasta dónde se tenga que llegar. La CUP, que exige la proclamación inmediata de la República, lleva días manteniendo contactos con distintos actores sociales y entidades para volver a agitar la calle, como hizo en los días previos y posteriores al referéndum ilegal del 1 de octubre. Ya ha anunciado movilizaciones para esta semana y la Intersindical ha preparado paros para el 18 y el 23 de de octubre. “La fuerza está en la calle. Para ganar batallas no tienes que tener mayoría parlamentaria”, ha manifestado el portavoz de la CUP Quim Arrufat.
Mariano Rajoy sustituiría al Govern
Según ha publicado El Mundo, los abogados del Estado que trabajan en el plan de ejecución del 155 contemplan dos hipótesis generales para sustituir al presidente de la Generalitat y a su Govern.
Explica que la primera es un Gobierno de concentración en el que participarían políticos de todos los partidos, incluidas algunas personalidades separatistas críticas con el proceso independentista.
“Se trataría de nombrar a un presidente de la Generalitat y a los correspondientes consellers de entre personalidades con prestigio”, señala, y destaca que entre los nombres que se han barajado -siempre con carácter muy embrionario- figuran Josep Borrell, el ex ministro Josep Piqué, el ex dirigente de Convergència Josep López de Lerma e, incluso, el propio Josep Antoni Durán i Lleida.
Indica que según las fuentes consultadas esta opción no es la preferida de Moncloa, sobre todo por la dificultad para encontrar a los candidatos adecuados para encabezar las distintas carteras y que quieran participar en una operación de alto riesgo como ésta.
Informa de que la segunda hipótesis sería un gobierno de gestión, más “tecnocrático”, y que consiste en la creación de un órgano colegiado, compuesto por altos funcionarios del segundo nivel del Estado -subsecretarios, secretarios de Estado o directores generales-, que se harían cargo de los distintos departamentos del Gobierno catalán, para gestionar los asuntos ordinarios. Este órgano colegiado estaría presidido por Soraya Sáenz de Santamaría.
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