Los medios de comunicación —en especial los identificados tradicionalmente con la derecha sociológica— continúan con su construcción particular de un relato alternativo a la realidad de VOX, ignorando con frecuencia a los propios integrantes de la formación, a través de la repetición de la existencia una «guerra» —-a todas luces ficticia— entre «dos almas ideológicas» en el seno de un partido consolidado como tercera fuerza política de España, y que hoy gobierna en coalición en cuatro regiones y en un centenar de ayuntamientos, incluidas capitales de provincia como Valladolid, Burgos o Toledo.
Ocurrió esta semana con el anuncio del hasta ahora portavoz de VOX en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, de renunciar a su acta de diputado «por motivos personales y familiares», y abandonar la primera línea política. En la comparecencia de prensa, Espinosa dijo: «Permanezco en VOX, me quedo en VOX como afiliado de base, y siempre a disposición de nuestros dirigentes para absolutamente cualquier cosa que necesiten de mí». Los medios (El Mundo, El Periódico…) titularon «Iván Espinosa abandona VOX». Que la realidad no estropee un buen titular.
Y ha sucedido en un reportaje publicado este domingo por El Mundo —en versión en papel y horas más tarde en versión digital— con Rocío Monasterio. El cronista afirma que VOX ha perdido «al hombre que apuntalaba un modo de hacer política, según algunas hagiografías, alejado del amateurismo que (…) parece haber colonizado las estructuras de la organización». La propia Monasterio recuerda que la decisión de Espinosa es personal y familiar: «Forma parte de un plan familiar. Es más natural. Él ha decidido dar un paso atrás para dedicarse a los cuidados (…). Siempre hemos hecho turnos y ahora le toca a él. En el partido heteropatriarcal, los hombres también cuidan».
El cronista manifiesta que «el control de VOX está en juego. Jorge Buxadé, un hombre forrado de principios conservadores (…), parece llevar ventaja». La propia presidenta de VOX Madrid niega esta cuestión, ratifica la buena relación y la normalidad con el vicepresidente del comité de acción política. «Al pobre Buxadé le están poniendo a caer de un burro. Claro que nos llevamos bien con Buxa. Nos llevamos genial. He visto que ha sido trending topic y he pensado ‘pobre Buxa’. Como en todos los partidos, en VOX hay diferentes ideas. Tenemos visiones diferentes de la realidad. Son pequeños matices. No somos homogéneos. Puede que me interese más el arte, que sea más cultureta, y él más conservador, pero no significa nada«, subraya, Monasterio, antes de sostener que no se irá de VOX: «Soy muy de VOX. Siempre lo voy a ser».
El secretario general de VOX, Ignacio Garriga, denunció el pasado viernes «la campaña de manipulación» y el intento de «enterrar» a una formación política «que ha venido a cambiar el panorama político español». Y lanzó un mensaje de determinación y confianza al tiempo que manifestó que tienen la esperanza y la certeza de que van a ver a Santiago Abascal en La Moncloa: «Que quede muy claro a todos aquellos que están teledirigiendo está campaña de acoso, manipulación, mentiras y derribo contra VOX: no vamos a dar ni un paso atrás en la defensa de los principios que llevaron a fundar este movimiento político. No vamos a dar ni un paso atrás a pesar de los intentos demonización y de estigmatización, hemos venido para quedarnos y no vamos a arriar ninguna de las banderas».