Según indica el documento, el chaleco marca Fedur que llevaba el agente Víctor Romero Pérez presentaba tres impactos de bala.
Un informe del grupo de criminalística de la Guardia Civil recoge que los chalecos antibalas que portaban los dos agentes asesinados por Norbert Feher, alias Igor el Ruso, junto a una masía rural de Andorra (Teruel), presentaban orificios y manchas de sangre.
Este hecho ha llevado a la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), personada en la causa como acusación popular, a anunciar su intención de solicitar a la Dirección General de la Guardia Civil la apertura de una investigación sobre dichos chalecos.
El informe de criminalística, incluido en el sumario instruido por la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcañiz, cuyo secreto ha levantado y al que ha tenido acceso Efe, fue elaborado a partir de los datos obtenidos un día después de los crímenes, es decir, el 15 de diciembre de 2017, en el Instituto de Medicina Legal de Aragón, al que fueron trasladados los cadáveres de los dos agentes y del agricultor asesinado, José Luis Iranzo.
Según indica el documento, el chaleco marca Fedur que llevaba el agente Víctor Romero Pérez presentaba tres impactos de bala, con un orificio en la parte delantera exterior y el correspondiente de salida en la parte interior.
Este agente, sin embargo, presentaba signos de las heridas más graves en su vestimenta (partes altas de su sudadera y camiseta, así como en pantalón y calzoncillos), sin conocerse, a falta de un informe definitivo de la autopsia, las posibles trayectorias ascendentes o descendentes de las balas.
Por su parte, el chaleco Fecsa portado por el agente Víctor Jesús Caballero Espinosa presentaba cinco orificios de bala (tres en la parte baja delantera y dos a la misma altura de la posterior), así como manchas de sangre.
Además, su camiseta tenía ocho orificios (cuatro delante y cuatro detrás), el mismo número que en sus pantalones.
Todos estos datos confirman la existencia de un tiroteo en el que el criminal serbio, Igor el ruso, disparó hasta diecisiete veces, según admitió en su propia declaración ante la juez.
A tenor de este informe, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), personada en la causa como acusación popular, ha anunciado que solicitará a la Dirección General de la Guardia Civil la apertura de una investigación sobre dichos chalecos.
En un comunicado, la AUGC considera necesario determinar si los chalecos de los agentes asesinados se encontraban en las «adecuadas condiciones» para garantizar su seguridad o si, por el contrario, presentaban un estado deficiente, lo que revelaría una «gravísima negligencia por la que, sin duda, habría que reclamar responsabilidades».
Además, esta organización ha reclamado la apertura de otra investigación respecto al operativo desplegado para la captura del criminal serbio.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles asegura a este respecto que el hecho de que diez días antes de los crímenes, Igor el Ruso hubiera disparado ya a otras dos personas en otra masía próxima y que continuara con sus robos «parecía requerir un despliegue de otras características en su búsqueda, mucho más especializado que el envío de dos simples patrullas de seguridad ciudadana».
«Nos encontramos, por lo tanto -subraya el comunicado-, con dos posibles graves negligencias sin las que, posiblemente, hoy no estaríamos lamentando esta tragedia. Por ello confiamos en que la apertura de los informes que solicitamos contribuya a esclarecer los hechos e impedir errores similares en el futuro».