«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los héroes visten de verde y los villanos, de amarillo

La Guardia Civil, siempre garante de la libertad y la seguridad del conjunto de los españoles, sufre el acoso separatista en Lérida.


Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, y los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia se hacen merecedores de la ovación de la semana al volver a demostrar su heroísmo al rescatar el pasado domingo a tres personas de avanzada edad que habían quedado atrapadas en el interior de su coche durante la inundación en un campo en el municipio valenciano Alginet.


El cabo de la Guardia Civil Raúl Blázquez, que participó en el rescate, recordó un consejo de su padre, que era bombero, en su decisión de atarse una cuerda a la cintura y subirse al vehículo. «Fue todo muy rápido», señaló, antes de asegurar que al llegar al sitio vieron el coche hundido. Asimismo, dijo que, tras romper la luna del vehículo, decidieron sacar en primer lugar a la mujer que viajaba en la parte de atrás, «que estaba inválida», luego al conductor y por último al tercer ocupante, todos ellos de edad avanzada.
Estos agentes, que velan por el cumplimiento de la legalidad, son garantes de la libertad y la seguridad del conjunto de los españoles, aun poniendo en riesgo su propia vida. Ángeles de la guarda. Y todo en precarias condiciones de trabajo, con una «alarmante de derechos» -todavía hoy cobran mucho menos que los Mossos y la Ertzaintza- y ante el acoso del separatismo en algunas regiones españolas.
Sin ir más lejos, este viernes, el Comité en Defensa de la República (CDR) de A Ponent, uno de los que llena Cataluña de lazos amarillos en solidaridad con los golpistas presos, mostró una vez más su odio al organizar un escrache a las puertas de la casa cuartel de Lérida en «apoyo» de los agresores de Alsasua (Navarra), condenados por agredir a dos agentes y a sus parejas, y de Valtonyc, el rapero que se fugó de España tras ser condenado a tres años y medio de cárcel por enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona y amenazas.

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