El pasado 29 de abril, Pedro Sánchez decidió, tras cinco días «de reflexión» y para sorpresa de pocos, no dimitir de su cargo como presidente del Gobierno.
Lo que podría esperarse como la última de una serie de razones incontables para que el Partido Popular adoptase —por fin— una política de férrea oposición contra el Partido Socialista y contra el Ejecutivo no ha sido tal. Como ha recordado el presidente de VOX, Santiago Abascal, en su carta pública a Alberto Núñez Feijoo, el último movimiento de Sánchez tampoco ha provocado el cese inmediato de las relaciones entre ambos partidos. Sin embargo y desde el día 29, sí que ha habido acercamientos de los populares hacia Sánchez, en línea con la estrategia seguida por el PP en los últimos meses.
Cuando apenas habían pasado 24 horas desde la comparecencia de Sánchez, el PP sorprendió ofreciendo al PSOE un acuerdo para regular la figura del cónyuge del presidente, en referencia a la investigación que un juzgado de Madrid ha iniciado sobre Begoña Gómez por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. En el lado contrario VOX anunció que se presenta como acusación popular en la investigación. «Feijoo ha tardado 24 horas en ofrecer un nuevo acuerdo a Sánchez. Así no hay manera…», reaccionó Abascal en X cuando se hizo pública la noticia.
El ofrecimiento de un acuerdo al PSOE horas después de que Sánchez avisase de que su objetivo es intervenir el Poder Judicial y el control de los medios críticos con el Gobierno no vino solo, sino que también fue acompañado de nuevas críticas hacia VOX. «Lo inaudito es que un pseudosindicato ponga una denuncia basada en recortes de periódicos, que un juez la admita a trámite y que algunos partidos políticos se apoyen en esto para seguir embarrando y desestabilizando«, criticó Fernando Fernández, cargo del PP balear en defensa de Sánchez.
Las posibles negociaciones y los posibles acuerdos no se han quedado en la corrección política hacia Begoña Gómez. Como ya ocurrió en las elecciones generales, ahora, y aun después de la aprobación de la amnistía, aun después de los ataques del Gobierno a la Justicia y a la prensa, dirigentes populares se han mostrado dispuestos a hablar con los socialistas para próximas formaciones de gobierno.
El candidato del PP a las elecciones catalanas, Alejandro Fernández, se abrió el martes 2 de mayo a sentarse «a hablar con el PSC si rompe todos sus acuerdos con Junts y ERC«. «Si ellos rompieran aquí y en Madrid todos sus acuerdos con Puigdemont y con ERC, podríamos sentarnos a hablar», declaró en un coloquio organizado por el Círculo Ecuestre de Barcelona. Aunque Fernández introdujo la coletilla «si rompen con Junts y ERC», contemplar conversaciones con los socialistas tiene poco que ver con la aplicación de una política de distancia infinita con el Gobierno.
Una postura que ha profundizado Feijoo quien, cuando apenas faltan unos días para la celebración de los comicios en Cataluña, se ha mostrado abierto a hablar, no ya con Sánchez, sino con Puigdemont. En una entrevista con el diario La Vanguardia, el popular aseguró: «Tiene que reconciliarse con la ley. Y después de esto, todo es posible. Por supuesto, hablar y conversar».
Además, el líder del PP ha recurrido de nuevo a la estrategia del «voto útil», que ya utilizó en las elecciones generales del 23J con un catastrófico resultado. En esta ocasión, Feijoo además obvia que VOX es el partido constitucionalista con más representación en el Parlamento: 11 escaños.
Tampoco las amenazas de Sánchez y sus socios a los jueces han alterado la estrategia del PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Lejos de buscar la ruptura de las negociaciones con los socialistas en Bruselas, Feijoo advirtió el jueves al presidente que si pretende utilizar el «teatrillo» sobre la regeneración para «romper» la negociación con los populares para renovar el CGPJ, «tendrá que dar explicaciones» a la Comisión Europea. Estas declaraciones del líder del PP llegaron unas horas después de que VOX pidiese a Feijoo, una vez más, que rompiese «toda negociación» con el Gobierno, «especialmente» en el órgano de gobierno de los jueces.
Y no ha sonado a «distancia» el último anuncio del PP sobre el reconocimiento de Palestina como Estado independiente. Después de semanas de críticas a la intención del Ejecutivo de hacer oficial el reconocimiento cuanto antes, el PP registró en el Congreso la semana pasada —tres días después del anuncio de Sánchez— una moción en la que plantea que la Cámara reafirme mediante votación la postura a favor del reconocimiento de Palestina como Estado que ya adoptó en noviembre de 2014 durante el mandato de Mariano Rajoy.
El periodista y exvicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, pudo revelar en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta a qué se debe la política de no agresión al PSOE que parecen haber asumido en su partido. «Públicamente, el PP apostó porque Sánchez iba a seguir, pero en privado, algunos barones decían que era preferible su permanencia. Primero por el impacto que supone tener una mujer al frente del Gobierno, la primera mujer presienta del Gobierno, y en segundo lugar, porque habría que cambiar complemente la estrategia de oposición del PP», explicó el periodista.
No es la primera revelación polémica de Montesinos en este sentido. Tras las pasadas elecciones vascas, admitió que el principal objetivo de la formación de Feijoo era que VOX perdiese el escaño por Álava que obtuvo en 2020.
