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Se celebra este domingo

Los niños de San Ildefonso, ante el sorteo de Lotería de Navidad: «Hay nervios, pero es una experiencia única»

Un niño ensaya para el sorteo de Navidad. Europa Press

Los niños de la Residencia-Internado de San Ildefonso de Madrid llevan desde la segunda semana de octubre ensayando para extraer y cantar los números y premios del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, que se celebra en el Teatro Real este domingo.

Aurora tiene 10 años y este domingo cantará número. Es el segundo año que participa en el sorteo, aunque el año pasado extrajo bola. Decidió presentarse voluntaria porque en una ocasión lo vio en la televisión y le gustó mucho. Ahora, confiesa que siente «muchos nervios» y que se está cuidando la voz.

Paula señala que es «un evento muy importante y una experiencia única». «Venimos a cantar y ya está, lo vamos a hacer como podamos y saldrá bien».

«Cuando juego al balón prisionero, intento no gritar mucho», explica Aurora en el marco de los ensayos. En cuanto a lo que más le preocupa, señala que se le «caiga una bola» o «cantar mal un número». En todo caso, subraya que se divierte mucho y espera poder cantar algún gran premio.

El educador social de la Residencia de San Ildefonso Chema García señala que hicieron un ‘casting’ entre la primera y la segunda semana de octubre para elegir a los niños que «sonaban» mejor. Después comenzaron a ensayar para que todo vaya «automatizado». «Ahora ya vamos con el piloto automático. Si lo veis, ahí están un alambre, otro, otro, otro, hasta que lo automaticen y se relajen un poco. Porque el día 22 el Teatro Real impone», detalla.

Chema García reconoce que «la noche anterior» al sorteo es cuando se juntan más nervios. «Antes de salir están aterrorizados. Pero hacemos un poquito de relajación, respiración. Y como están con amigos, ven a la familia al frente, que suele estar ahí en un espacio para ellos, eso les ayuda y entonces salen con relajación», ha apuntado.

Los niños, según ha precisado García, deben tener una buena «dicción» porque han de leer muchos números de manera continua. «Cualquiera que nos pusiéramos a hacerlo, te trabas seguro», ha puntualizado.

Lo más difícil, según ha indicado, es «que tienen que hacer varias cosas a la vez» y en poco tiempo: coger una bola, reconocer el número, empezar a cantarlo, darle la vuelta a la bola y meterla al revés en el alambre. Además, el niño que canta número tiene que mirar al mismo tiempo si su compañero tiene o no premio, porque ha de colocar la bola antes.

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