La gestión que Justicia ha hecho del caso Villarejo -y los constantes cambios de versión- no convence en el Ejecutivo. Mientras la ministra se enfrenta a una reprobación en el Senado, habla con Sánchez -al otro lado del charco- y le dice que no aceptará chantajes. ¿Acabará dimitiendo?
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, será previsiblemente reprobada por el Senado este martes, en una sesión de control en la que el PP la acusará de haber pretendido abandonar al poder judicial y al juez instructor del caso del «procés», Pablo Llarena, ante la demanda civil presentada contra él en Bélgica.
A la espera de que se fije el orden del día definitivo del pleno de la Cámara Alta, donde el PP cuenta con mayoría absoluta, la moción registrada por los populares hace hincapié en que la ministra fue obligada a «rectificar» por Moncloa y «miente descaradamente» cuando sostiene que desde el principio trabajó para garantizar la defensa de la soberanía jurisdiccional española en Bruselas.
Aunque la reprobación tiene un motivo muy concreto, es de esperar que en el debate se cuele la polémica en torno a los encuentros de Delgado con el excomisario José Villarejo.
Los audios que prueban que la ministra Delgado mintió sobre su relación con Villarejo
La filtración de unos audios grabados durante una comida en la que ambos participaron, después de que la ministra negara haber tenido con él ningún tipo de relación, llevó ayer a PP y Ciudadanos a elevar la presión sobre Delgado, que esta mañana comparece también en un desayuno informativo.
Según explicó el lunes el Ministerio de Justicia en un comunicado, «a lo largo de los 25 años en que Dolores Delgado ha trabajado en la fiscalía de la Audiencia Nacional tiene recuerdo de haber coincidido con el comisario José Villarejo en tres ocasiones junto a otros mandos policiales y cargos judiciales y fiscales».
La ministra comparecerá en el Congreso y, aseguró su departamento, «va a seguir trabajando como hasta ahora para mejorar la calidad de la justicia como servicio público».
Delgado reconoce, entre peticiones de dimisión, que se vio tres veces con Villarejo
Justicia recordó que Villarejo se encuentra en prisión provisional como presunto autor de «delitos muy graves» y que su estrategia procesal es «atacar al Estado y sus instituciones. Primero cargó contra la Jefatura del Estado con grabaciones relacionadas con el rey emérito. Ahora ataca al Ejecutivo en la persona de la ministra de Justicia».
Conversación con Sánchez
Moncloa, mientras, afirma que este lunes por la tarde el presidente Pedro Sánchez habló con la ministra que transmitió al presidente su negativa a «aceptar chantajes» de Villarejo, como tampoco -recuerdan- los aceptó el rey emérito.
Sánchez, que se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, habría cambiado impresiones con Delgado, «como es natural» -señala el entorno del presidente-, después de que los audios publicados por el digital moncloa.com hayan llevado al PP a pedir su dimisión y a Cs a reclamar su comparecencia urgente.
Mientras, oficialmente, Moncloa respalda a la ministra y se remite a su comunicado -que califica de «claro y contundente»- en conversaciones oficiosas se habla de una situación insostenible.
Así lo asegura este martes el diario ABC, que explica que entre los miembros del Gobierno sorprende la naturalidad de trato entre Villarejo, Garzón y la ministra, «lo que resulta extraño si, como sostiene Delgado, sus contactos con ese policía fueron puntuales. Es más; compañeros de los mandos citados aseguran que la relación era mucho más estrecha», señala el diario.
Preguntadas por la posible relación entre la filtración de las cintas y el Ministerio de Interior, con el juez Marlaska al frente, las fuentes consultadas por ABC ofrecen una rotunda negativa porque, recuerdan, que «una nueva dimisión en el Gobierno causaría una inestabilidad de consecuencias imprevisibles para todos». En lo que sí coinciden es en valorar la situación como «insostenible». «Va a estar a merced de este caso, de que pueda salir algún nuevo dato o no, de que alguien la intente implicar con razón o sin ella. Si hay movimientos que se puedan interpretar como favorables a Villarejo, malo; y si es al contrario, no será mucho mejor para ella. Es una situación diabólica».
Maxim Huerta, pillado por Hacienda; Carmen Montón y sus problemas con los plagios… a ahora la titular de Justicia, compartiendo mesa y mantel con el rey de las cloacas del Estado. ¿Aguantará el Gobierno Sánchez?