Sigue la crisis migratoria que sufre el aeropuerto de Barajas, donde en las últimas semanas se han llegado a hacinar unos 200 inmigrantes ilegales procedentes de África que perdían voluntariamente sus vuelos para quedarse en el aeropuerto de Madrid como solicitantes de asilo. Vista esta permisividad de las autoridades, ahora la T4 se ha convertido también en un albergue para decenas de vagabundos que duermen sobre cartones y colchones frente a los mostradores de facturación de la terminal.
Por su parte, sindicatos policiales han denunciado que las salas de solicitantes de asilo siguen «desbordadas», pese a los medios dispuestos por el Ministerio del Interior para hacer frente los fraudes en escala de ciudadanos procedentes de países africanos, recordando que en el mes de enero se ha registrado el mismo número de inmigrantes ilegales que piden protección internacional como todos los acumulados en la mitad del año pasado.
Los cálculos de las organizaciones policiales sitúan en torno a las 240 las personas que aguardan actualmente en las cuatro salas de solicitantes de asilo en Barajas, siendo en torno al 65% senegaleses. La cifra llegó a superar las 400 personas, entre ellas mujeres y niños.
El pasado día 30, fuentes del Ministerio del Interior informaron de que se habían abierto 864 procedimientos de solicitantes de asilo en enero desde Barajas, en expedientes pendientes de ser aceptados definitivamente. Además, en el mismo mes había ordenado la devolución de 108 personas por no pasar el primer filtro para pedir protección en España.
Este viernes, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha pedido la dimisión del director de AENA en Barajas, Mario Otero, por su «inoperancia y desatención» en lo que se refiere a las dependencias para acoger a solicitantes de asilo. Lo ha hecho después de que la Inspección de Trabajo visitara las salas, a raíz de una denuncia suya por la situación de insalubridad y hacinamiento.
Los sindicatos reconocen que el control en el embarque de vuelos procedentes de la ciudad marroquí de Casablanca ha frenado en los últimos días el número de llegadas, así como la petición de visados de tránsito para nacionales de Kenia y de Senegal –que entrará en vigor el 19 de febrero–. No obstante, insisten en extender esta medida a todos los países africanos.
La Confederación Española de Policía (CEP), por su parte, ha reiterado que la situación «sigue desbordando los recursos policiales en Barajas», habiéndose registrado en enero tantas peticiones de protección internacional como la mitad del año pasado.
El dato en este sentido coincide con el número de llegadas en patera a Canarias en este mes de enero, según el balance oficial del Ministerio del Interior, ya que del 1 al 31 de enero accedieron a las islas un total de 7.270 migrantes de forma irregular, lo que supera el acumulado durante los primeros seis meses de 2023.