«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
poniendo en riesgo la salud de los pacientes

Oncólogos denuncian presiones para restringir tratamientos «costosos» contra el cáncer

Imagen de una intervención quirúrgica.

Un grupo de destacados oncólogos ha decidido dar un paso al frente para denunciar lo que está ocurriendo en la gestión de los tratamientos contra la enfermedad. Documentos recopilados durante 2023 y 2024 exponen cómo la empresa Atrys Health-Bienzobas presiona a los médicos para restringir la prescripción de los tratamientos más costosos, poniendo en riesgo la salud de los pacientes.

Esta compañía, presidida por Santiago Torres, opera como intermediaria entre las aseguradoras sanitarias y los servicios de oncología, ofreciendo métodos de gestión que reducen los costes para las empresas. Sin embargo, el sistema implantado por Atrys impone una burocracia que somete a los médicos a la autorización de un «asesor oncológico» antes de prescribir los tratamientos que consideran más adecuados para sus pacientes.

Las aseguradoras y la intermediación de Atrys

Los informes a los que ha tenido acceso Abc revelan cómo esta empresa ha intervenido en casos de pacientes asegurados por DKV, Sanitas, Adeslas y Cigna. Desde Sanitas aseguran que la decisión final sobre los tratamientos recae en sus responsables asistenciales, y en el caso de Cigna, la colaboración con Atrys fue puntual y no renovada. No obstante, la intermediaria también trabaja con Asisa, IMQ y Allianz, aunque no se han documentado casos concretos en estas entidades. Mientras tanto, otras grandes aseguradoras como Mapfre han rechazado en todo momento trabajar con Atrys.

Los documentos ponen en evidencia cómo los asesores de Atrys bloquean en primera instancia tratamientos calificados como «de alto impacto», habituales en la sanidad pública y que han demostrado mejorar la supervivencia de los pacientes. Entre los fármacos más afectados por estas restricciones se encuentran Avastin, Panitumumab, Cetuximab, Ramucirumab y Pertuzumab, tratamientos que requieren administración intravenosa en hospitales de día oncológicos.

Por el contrario, no hay evidencia de que estos asesores impidan la prescripción de tratamientos más antiguos y de bajo coste, ni de fármacos orales recientes con precios elevados que las aseguradoras no cubren.

El negocio del recorte en oncología

Los informes recogen múltiples casos en los que los asesores de Atrys se niegan a autorizar ciertos tratamientos, justificándolo con argumentos de «coste-efectividad», alegando que el beneficio de algunos fármacos no justifica su precio en comparación con otras opciones más económicas. En otras ocasiones, se escudan en que el medicamento en cuestión no figura en la ficha técnica o en las guías internacionales, pese a que los oncólogos lo recomiendan con base en su experiencia y evidencia científica.

Cuando un médico se ratifica en su decisión y solicita la intervención de la aseguradora, en muchos casos el tratamiento termina siendo aprobado. Sin embargo, este proceso introduce retrasos y genera desgaste en los profesionales sanitarios que buscan el mejor tratamiento para sus pacientes.

Los documentos revelan que las negativas a autorizar ciertos medicamentos se acompañan de formulaciones diplomáticas como: «El último criterio de valoración es el tuyo» o «Te rogamos confirmar si te ratificas o eliges otras alternativas terapéuticas más eficientes». Pero, en la práctica, si el oncólogo insiste en su postura, los asesores de Atrys continúan ejerciendo presión mediante nuevas contraargumentaciones. En algunos casos, se han registrado respuestas repetitivas del tipo: «Entendemos no justificada la solicitud».

En los informes se documentan situaciones en las que, pese a las advertencias de los oncólogos sobre el impacto negativo de sustituir un tratamiento por otro de menor eficacia, Atrys persiste en su negativa. Un caso concreto muestra cómo un médico advertía de que la opción sugerida por la intermediaria suponía una toxicidad innecesaria con riesgos añadidos para la paciente. A pesar de ello, la compañía mantuvo su negativa.

Atrys se defiende

La empresa ha salido al paso de las acusaciones y niega estar presionando a los médicos para reducir los costes de los tratamientos oncológicos. En declaraciones a Abc, la directora de Oncología de Atrys Health-Bienzobas, Marian Isach, calificó de «barbaridad» la acusación de que estén negando terapias a los enfermos de cáncer. «El médico tiene libre prescripción y siempre es quien tiene la última palabra. Nosotros llevamos más de 20 años gestionando la oncología y nunca ha habido un problema con ningún paciente. No negamos tratamientos, simplemente asesoramos y hacemos recomendaciones basadas en guías clínicas y criterios de agencias reguladoras«, argumentó.

Según Isach, las críticas son infundadas: «Se quiere hacer ver que se están eliminando opciones terapéuticas cuando no es cierto. Los pacientes no quedan desamparados ni sin opciones de tratamiento».

«Nos están acortando la vida»

Sin embargo, la indignación entre los oncólogos es palpable. Algunos especialistas llevan tiempo denunciando en redes sociales que las prácticas de Atrys están teniendo consecuencias directas sobre la salud de los enfermos.

El director de Oncología, Investigación e Innovación de HC Cancer Center en Marbella, José Manuel Trigo, denunció en agosto de 2022: «Bienzobas sigue acortando la vida de los pacientes. Mujer de 74 años con cáncer colorrectal metastásico… deniega con el siguiente argumento, por favor retuitear», publicó en la red social X, adjuntando una captura de un informe donde Atrys justificaba la negativa a un tratamiento por «no coste efectivo».

Días después, el jefe de la farmacia hospitalaria del centro, Tomás Arrazola, advertía: «No sé hasta dónde vamos a llegar. Las asociaciones de pacientes deben conocer lo que están haciendo».

Otros oncólogos han señalado que Atrys se lucra a costa de restringir el acceso a tratamientos esenciales. Juan de la Haba, oncólogo del Hospital Reina Sofía de Córdoba y coordinador del Instituto Maimónides, acusó a la intermediaria de operar en «el lucrativo negocio de denegar fármacos o derivar a los pacientes a la sanidad pública mientras se quedan con el dinero ahorrado«.

Por su parte, Ricardo Fernández, especialista del Instituto Oncológico de la Clínica IMQ Zorrotzaurre en el País Vasco, fue tajante: «No hay derecho. Está aprobado en ficha técnica. La póliza cubre el tratamiento. Punto y final».

Cuatro millones de asegurados en la incertidumbre

Atrys Health-Bienzobas gestiona los tratamientos de aproximadamente cuatro millones de personas en España, lo que se traduce en unas 15.000 visitas oncológicas anuales. Entre estos pacientes se encuentran funcionarios que han renunciado a la sanidad pública en favor de Muface, Isfas o Mugeju, entidades que recurren a aseguradoras privadas que, en algunos casos, contratan los servicios de Atrys.

El problema es que, si uno de estos pacientes ve rechazado un tratamiento esencial, no puede acudir a la sanidad pública de inmediato. Para hacerlo, debe esperar hasta enero del año siguiente para cambiar de aseguradora o, en algunos casos, solicitar un cambio extraordinario, con resultado incierto. En cualquier caso, el tiempo de espera no es compatible con la urgencia que requiere el tratamiento del cáncer.

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