Arrimadas desconfía de que los separatistas alcancen un acuerdo. Puigdemont está dispuesto a hacer que ERC apoye su candidatura «como sea». Incluso con la amenaza de ir a unas nuevas elecciones catalanas.
Los partidos catalanes regresan de las vacaciones de Navidad con la vista puesta en la próxima constitución del Parlament tras las elecciones del 21D y la incógnita de si Carles Puigdemont regresará de Bruselas para optar a la presidencia de la Generalitat.
El vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha asegurado en el canal 24h que su partido “no renuncia” a formar gobierno, aunque es consciente de la dificultad de lograrlo. Lo mismo ocurre con la presidencia de la mesa del Parlament, para la que la formación naranja propondrá a José María Espejo. Será difícil, a pesar de haber sido Ciudadanos la formación con más escaños en la cámara, que el partido de Inés Arrimadas se haga con la presidencia.
La propia presidenta del partido asegura en El País: “Nosotros somos la primera fuerza política y ya hemos reivindicado la presidencia del Parlament de Cataluña. Y ya hemos iniciado desde el día 27 las conversaciones para presidirlo”. Y advierte de que no se puede solucionar el problema de “35 años de nacionalismo en cinco días”.
¿Y si JxCat y ERC no se ponen de acuerdo?
Arrimadas no descarta que los separatistas no lleguen a un acuerdo. “Si no son capaces —y hay muchas posibilidades de que no sean capaces— nosotros tendremos la obligación y lo haremos, de plantear una alternativa, claro que sí, pero cuando toque, no ahora que es lo que querría el señor Puigdemont. El señor Puigdemont querría que yo me presentara el día 18 a la investidura para que fracasara”.
Hoy se ha conocido que Puigdemont ofreció al Gobierno de Rajoy regresar a España y entregarse a la Justicia si a cambio se le permitía ser investido presidente de la Generalitat. Tal es el grado de desesperación e incertidumbre en el entorno del dirigente fugado.
Algunos medios catalanes apuntan a posibles sustitutos de Puigdemont, en concreto su directora de campaña Elsa Artadi, que ocupa el décimo puesto en las listas de Junts Per Catalunya y, además, no tiene causas judiciales pendientes. No es el caso del propio Puigdemont, como es sabido, ni de otros dirigentes políticos incluidos en la lista neoconvergente como Jordi Sànchez, Joaquim Forn, Clara Ponsatí o Jordi Turull.
No obstante, Sànchez, expresidente de la ANC, y Forn, podrían ser puestos en libertad el 11 de enero, fecha en la que comparecerán ante el juez Llarena junto a Jordi Cuixart.
Forzarán la investidura de Puigdemont «como sea»
En ERC ocurre algo parecido. Nada parece indicar que Oriol Junqueras vaya a salir de la cárcel, y la sustituta prevista, Marta Rovira, no ha dado la talla en la campaña electoral. Es por eso que empieza a sonar el nombre del ex conseller de Justicia Carles Mundó. Mundó, además, fue el primero en lanzar mensajes críticos a Bruselas, advirtiendo a Junts per Catalunya de que deberían proponer a un candidato alternativo a Puigdemont por si no puede ser investido”.
Lola García, directora adjunta de La Vanguardia, anuncia batalla: “Puigdemont y los suyos van a presionar a ERC hasta el último momento si es preciso para forzar su investidura por el método que sea”. ¿Cómo? Amenazar con repetir las elecciones si no hay apoyo de los republicanos a su candidato/a.
Sea como fuere, la situación se resolverá rápido: el próximo 17 de enero se celebrará la sesión constitutiva del Parlamento catalán y dos semanas después, el 31, deberá celebrarse la investidura del nuevo president de la Generalitat. Si no ha habido éxito, la votación parlamentaria se repetiría el sábado 3 de febrero, ya sin el requisito de lograr la mayoría absoluta. Si vuelve a fracasar, quedarán convocadas automáticamente unas nuevas elecciones para la primavera.
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