«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Mientras pensamos en las pensiones… caminamos hacia el suicidio

Un grupo de ancianos sentado en un banco de la localidad española de Olmeda de la Cuesta, una de las más envejecidas del país | EFE

Nacen ahora menos españoles que los que nacían en la Guerra Civil -con una población un 45% inferior- y España es el país con menor tasa de fecundidad media del mundo en los últimos 25 años. ¿Y lo que preocupa son las pensiones?

En 1989 el primer ministro francés Michel Rocard (socialista) afirmó en la Conferencia de las familias que la mayor parte de los estados de Europa occidental iban camino de 20suicidarse. “Por la demografía; sin ser conscientes de ello”.
Casi tres décadas después de esas profecías galas, el país vecino, el nuestro, se dibuja como el ejemplo perfecto del acierto de Rocard.
– España es el país con menor tasa de fecundidad media del mundo en los últimos 25 años (tomando como referencia 2014).
– Las tres regiones europeas más infecundas en media de 2010 a 2014, de un total de 276, fueron Asturias, Canarias y Galicia. Otras dos comunidades autónomas – Castilla y León y Cantabria-, figuran también entre las diez regiones con menor fecundidad de toda Europa.
– Entre las seis regiones con más porcentaje de población mayor de ochenta años de toda Europa figuran Castilla y León, Asturias y Galicia.
– Las tres provincias o equivalentes con más porcentaje de mayores de 64 años y al menos 100.000 habitantes de toda Europa son Orense, Zamora y Lugo. En ellas hay más de dos muertes por nacimiento (también en Asturias y León), y casi 3 a 1 ya en Zamora.
– Nacen ahora menos españoles que a finales del siglo XVIII (con población 4 veces menor).
– Nacen ahora menos españoles que durante la Guerra Civil (con población 45% inferior)
– Las españolas (junto a las italianas) son las europeas que con más edad tienen el primer hijo.
– Antes de 2020, por primera vez en la Historia, según la ONU, habrá más personas en el mundo mayores de 64 años que menores de 5. En España ya hay cuatro mayores de 64 por cada menor de 5.

¿Desolador? Peor que eso… suicida.

Estos datos son los que ofrece -y de los que alerta- la Fundación Renacimiento Demográfico, que en marzo del pasado año participó en la Comisión Especial del Senado para estudiar la Evolución Demográfica
Ya en 2018, el director general de la entidad de análisis, Alejandro Macarrón, mantiene el nivel de alerta y lamenta que la sociedad española no sea consciente del grave “problema demográfico” del país.
Durante su participación en el foro de debate La Bitácora XXI, y con una conferencia titulada -y no por casualidad- “suicidio demográfico: ¿una muerte silenciosa?», Macarrón alerta de que España «ha llegado tarde» a la preocupación por el envejecimiento de la población y la falta de natalidad. “Estamos ante un escenario que en los próximos años puede ser duro», asegura el experto, que prevé una España con barrios vacíos o llenos sólo de ancianos y con un “despoblamiento rural” difícilmente reversible.

Peor calidad de vida

¿Las consecuencias de este envejecimiento? Peor calidad de vida para la mayor parte de la población en el futuro por dos motivos: las pensiones serán menores y se llevarán “un porcentaje mayor de todo el presupuesto» lo que dejará menos dinero para otras partidas. “Habrá que pagar más a una población que estará más envejecida» y «con solo dos o tres trabajadores, como mucho, por cada jubilado».

Reconocer el problema

Ante esta situación, y como mero ejercicio de adaptación, la sociedad tiene que ponerse a ahorrar y a hacer reformas estructurales que tengan en cuenta el futuro democrático, señala la Fundación. Se trata de racionalizar el gasto del Estado de bienestar y complementar de forma creciente las pensiones públicas con las generadas por el ahorro personal (si los impuestos y los bajos salarios lo permiten, claro).
Además, se impone la necesidad de contar con infraestructuras adaptadas para la creciente población anciana y explotar o lanzar negocios para personas mayores. Pero, si de verdad se quiere buscar una solución, si se quiere algo más que un parche… hay que apostar por otra política.

La única solución verdadera

“Más hijos”. “Que nuestras élites hagan del problema demográfico una prioridad estratégica y que los españoles entiendan el desastre demográfico en ciernes para, entre otras cosas, recuperar el valor primordial de la paternidad”, explica Macarrón.
Son necesarios cambios legislativos que favorezcan la natalidad -como sugerencia, cambiar el actual IVA de los pañales del 21% por el super reducido del 4%, ahora que Bruselas sugiere dar luz verde a los países para regular su IVA-.
Ofrecer un plus en las pensiones públicas y deducciones en cotizaciones a la Seguridad Social e IRPF en función del número de hijos, y, en definitiva, pensar qué modelo de sociedad se quiere.
“La familia -señala Macarrón- «no es sólo una cuestión de mujeres. Hay que ofrecer incentivos a los hombres para que ellos también asuman diferentes tareas». “Hay que prestigiar el que desde la libertad, una mujer o un hombre decidan no trabajar y quedarse en casa con sus hijos, algo que hoy por hoy se ve mal, como anticuado».
Las pensiones preocupan sí, pero debería preocupar también el hecho de saber que la sociedad en la que un abuelo cuidaba de cuatro nietos da sus últimos coletazos para dar paso a una sociedad en la que cuatro abuelos cuidan de un único nieto. Y eso es, al fin y al cabo, el suicidio.
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