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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Por qué España no puede aceptar la 'mediación internacional'

Carles Puigdemont mira de soslayo el símbolo de la ONU

Es la nueva consigna del separatismo y de Podemos/Comuns, que actúan coordinados: un agente internacional debe «mediar» entre el Estado y la Generalitat. Puigdemont ha logrado que colegios de abogados, de politólogos, periódicos y hasta el Barça apoyen ahora la ‘operación mediación’


Tras la celebración del referéndum de secesión y la victoria del ‘Sí’, el separatismo catalán se halla en la última estación. Antes de la declaración de independencia, fechada teóricamente para el próximo lunes, Puigdemont ha desplegado una campaña para lograr que una entidad internacional “medie en el conflicto”.
En su alocución televisada del pasado martes, Puigdemont clamó por «emprender un proceso de mediación» y criticó que el Gobierno de Mariano Rajoy rechace las «diversas propuestas» que, dice, le han llegado en las últimas horas. Mas no era la primera vez que se apelaba a una “mediación”. Varios miembros del Govern, incluso el propio Artur Mas en una entrevista en La Sexta, abundaron en el mismo planteamiento. Es la nueva consigna.

Puigdemont/Iglesias, estrategia común

Al mismo tiempo, los llamados ‘Comuns’ en Cataluña y Podemos en el resto de España han abrazado la misma tesis en lo que parece una estrategia perfectamente coordinada. Así, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acaba de proponer a una veintena de cónsules de la Unión Europea crear un grupo operativo -‘task force’- bajo el paraguas de la Comisión Europea con el que reducir la tensión actual en Cataluña y en el que estarían representados expertos y administraciones. El objetivo, advierte, es que el conflicto no provoque una «desestabilización que afectará a toda Europa».
Unas horas antes, y después de una reunión con los partidos separatistas con representación en Las Cortes, Pablo Iglesias celebró una rueda de prensa para pedir a Rajoy y a Puigdemont que pacten un equipo de mediadores. La foto de la comparecencia ante los medios, con los diputados exconvergentes y de ERC, evidenció la sincronización entre el partido morado y los independentistas. La intención «de Iglesias y Colau», denuncia el país, es «negar la soberanía de España».
Llamó la atención que el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, se desmarcara de la inciativa por considerar que el país no necesita mediadores internacionales porque España no requiere «tutela».

Una «comisión para la mediación» que pide expulsar al CNP de Cataluña

El stablishment independentista ha establecido nueva consigna de manera que la mediación ya es la bandera de muchos actores de la sociedad catalana. En esa línea se ha postulado, por ejemplo, el Colegio de Abogados de Barcelona o los rectores de las universidades catalanas. Los primeros han creado lo que han bautizado como “Comisión independiente para la mediación, el diálogo y la conciliación». El nuevo organismo insta a la Generalitat y al Gobierno a llevar a cabo una mediación que conduzca «al restablecimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Cataluña a la situación anterior a las actuaciones desplegadas como consecuencia de la convocatoria del 1-O», esto es, la salida de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Cataluña, y al «restablecimiento ordinario de las instituciones de autogobierno en Cataluña, descartando por todas las partes ninguna decisión inmediata sobre el modelo político organizativo».

Mediación internacional… «y ajena a la Unión Europea»

También se ha unido a la causa de Puigdemont el “Colegio de Politólogos y Sociólogos de Cataluña”, que ha declarado que «la base de las democracias modernas es el diálogo» y ha urgido una mediación internacional entre los gobiernos de España y Cataluña, y que sea ajena a la Unión Europea.
En un comunicado, el colegio profesional sostiene que «cuando el conflicto permanece persistente al diálogo, las diferencias se deben dirimir a través del voto parlamentario o en referéndum, pero nunca a través de la violencia, el miedo y la coacción».
Insisten en que, dadas «las tensiones políticas dentro de Cataluña, entre Cataluña y España y dentro de España», los politólogos dicen que es «urgente y necesario que todas las partes implicadas en el conflicto acepten una mediación de carácter internacional«.

La Vanguardia, El F.C. Barcelona… ahora todos con la mediación

También los periódicos de Barcelona se unen a la demanda de mediación. La Vanguardia apunta a las ofertas de mediación que surgen estos días desde diversos ámbitos o instituciones y en un análisis advierte que “a medida que escala el conflicto entre los principales actores de Catalunya y España y ante su incapacidad de abordar el diálogo, se refuerzan los argumentos que reclaman la mediación europea”.
El diario ARA publica un editorial con el título «La hora de la mediación para evitar el choque». En él avisa de que «el choque parece inevitable, y por eso sería importante que alguien de fuera y con prestigio intentara dibujar un territorio neutral donde se pueda desarrollar una negociación».
Por su parte, El Punt Avui indica que “ahora están apareciendo un alud de ofertas de intermediación. Acogerse a esta vía es una salida razonable«.
Incluso el FC Barcelona, mediante una declaración institucional de su presidente, ha reclamado que se abra «un proceso de diálogo y negociación» para encontrar «soluciones políticas» a la situación que vive Cataluña. Una declaración que se enmarca dentro del «máximo respeto a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía catalana para decidir su futuro«. «Somos más que un club. Y, por ello, debemos apoyar a nuestra gente en circunstancias tan difíciles como las que estamos viviendo. En consecuencia nos hemos adherido a la «Comisión Independiente para la Mediación, el Diálogo y la Conciliación», impulsada por el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona», recuerda el club azulgrana.
 


(El director del Financial Times también pide mediación internacional en España)
En una entrevista en EFE, el presidente del Gobierno ha querido dejar claro que “la unidad de España no es objeto de ninguna mediación ni de ninguna negociación. Lo que yo espero es una vuelta a la normalidad y, por lo tanto, a la legalidad. Y a partir de ahí podremos hablar, dialogar…”.
Y en similares términos se pronunciaba el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que rechaza la pretendida mediación internacional. Equivaldría, dice, a reconocer que “España es un país no democrático”.
Lo cierto es que, salvo el caso de Irlanda del Norte -un conflicto paramilitar con más de 3.500 muertos- y de Yugoslavia -una guerra civil abierta-, las mediaciones internacionales se han producido siempre en coflictos entre Estados. Lo contrario, la mediación entre un Estado y una región del propio Estado supondría la quiebra de facto de la soberanía nacional. Y supondría, también, el reconocimiento de Cataluña como un actor soberano y homologable al Estado español.

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