El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está de viaje por Europa. En una ruta que va a llevar al socialista a Bruselas y Estrasburgo, todos esperan ya lo evidente: que trascienda una foto entre Sánchez y su mejor socio, Carles Puigdemont. Precisamente en ambas ciudades estará el prófugo de la Justicia, que aún mantiene su acta como eurodiputado.
Fuentes del Gobierno han explicado que Pedro Sánchez no va a mantener ninguna reunión más allá de las que están recogidas en su agenda oficial. Pero ha sido precisamente este desmentido el que ha hecho saltar todas las alarmas. Si Moncloa lo niega, lo más probable es que ese encuentro se produzca. De hecho, las fuentes consultadas no han negado que se pueda producir un rápido encuentro «casual».
Casualidades o no, lo cierto es que el número tres del PSOE, Santos Cerdán, ya se ha reunido en numerosas ocasiones con Puigdemont. Desde que las conversaciones se iniciaran en marzo, meses antes de las elecciones generales, los socialistas han estado cediendo a los chantajes de los separatistas hasta reunirse, hace apenas diez días, con un mediador salvadoreño en Ginebra.
El PSOE, en cualquier caso, está tratando de quitar peso a su fluida relación, puesto que, «aunque sin estar todavía aprobada, la ley de amnistía está dejando efectos positivos que son claros», reconocen fuentes socialistas. Precisamente por eso el encuentro casual en Bruselas o Estrasburgo no sería más que la personificación de ese «ambiente de diálogo y convivencia».
