El presidente de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), entidad que aglutina al sector sanitario privado, Juan Abarca, ha planteado la importancia de que sanidad pública y privada avancen juntas frente a la covid-19 «por lo que pueda venir en octubre».
Durante su comparecencia en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Parlamento, Abarca ha propuesto crear una historia clínica única y promover un «marco estable» entre sistema público y privado «para garantizar los servicios donde el sistema público no llega».
Además, ha urgido a aprobar una ley de salud pública, con un sistema de alertas adecuado que evite la saturación que se produjo en el sistema sanitario durante la crisis de la pandemia.
«Esta crisis sanitaria ha sacado a la luz muchas cosas y es una oportunidad para el sector privado; en España hay muy buenas gente en ambos sectores público y privado y hay que intentar juntar la buena gente y avanzar para que esto vaya lo mejor posible, dejarse de crispaciones y de problemas porque lo importante es lo que pueda venir en octubre y conseguir la vacuna», ha aseverado.
Ante los parlamentarios del Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública, Abarca se ha mostrado partidario de establecer ese marco estable público-privado, que evite «duplicidades y ineficiencias» y ha puesto como ejemplo la actuación de la sanidad privada durante la pandemia que ha atendido a 25.000 pacientes de covid-19 en planta y 2.000 en UCI.
«Queremos tener la posibilidad de atender sin problemas a las personas que quieren una atención distinta, no integrarnos ni modificar el sistema», ha asegurado, quien ha propuesto hacer conciertos para que la pública pueda utilizar instalaciones y aparatos que solo existen en la privada.
En ese contexto, para el responsable de las entidades privadas, sería decisivo la creación de una «historia clínica única interoperable» que permita la continuidad asistencial a los pacientes «con independencia de los diferentes niveles de atención y con independencia de si las instituciones son públicas o privadas».
Abarca se ha mostrado partidario de «un sistema público fuerte», que dé «la mejor asistencia sanitaria posible a los ciudadanos» y con «el máximo nivel de coberturas» tanto en la cartera de servicios como en prestaciones.
Considera que la gestión de la asistencia sanitarias debe estar en las comunidades autónomas, pero dentro de un marco en el que Ministerio de Sanidad defina los servicios y las prestaciones «para garantizar la equidad en las coberturas y «no de mínimos»en todas las CCAA y controle esos indicadores establecidos.
Otras de las propuestas han sido la de incrementar la financiación pública al menos al nivel del resto de países del entorno, fomentar una publicación «obligatoria» de resultados e indicadores sanitarios, digitalizar las estructuras sanitarias, incrementar el número de enfermeras y una agencia estatal de salud pública.
«Todos queremos el mejor sistema sanitario público y universal; entendemos que en ese entorno es buena la sanidad privada que eligen algunos ciudadanos y que debe funcionar de manera coordinada con la pública», ha concluido.