«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
ambos mantienen una estrecha relación personal

Se estrecha el cerco judicial sobre Chivite: adjudicó contratos millonarios a la empresa de Cerdán

Santos Cerdán y María Chivite.

El escándalo que amenaza con derribar a la presidenta socialista de Navarra, María Chivite, no deja de sumar indicios. En el centro de la trama aparece Santos Cerdán León, diputado socialista, exsecretario de Organización del PSOE y, desde 2016, copropietario con el 45% de las acciones de la constructora Servinabar. Esta empresa ha logrado al menos seis adjudicaciones públicas por un total de 106,1 millones de euros desde que Cerdán adquirió su participación.

Entre esas adjudicaciones destaca la obra pública más importante de Navarra: el desdoblamiento de los túneles de Belate, con 76 millones de euros de inversión, otorgada en enero de 2024 por el Departamento de Cohesión Territorial, dirigido por Óscar Chivite, tío de la presidenta. El contrato fue concedido a la UTE formada por Acciona, Osés y Servinabar.

A pesar de la estrecha relación personal y política con Cerdán, María Chivite afirmó no recordar si alguna vez hablaron sobre Servinabar. Ambos compartieron incluso reuniones en el Ministerio de Ábalos para impulsar infraestructuras en Navarra, pero ahora la presidenta asegura desconocer que Cerdán fuese copropietario de la constructora.

La investigación de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) ha destapado documentos comprometedores. En un registro en Elorrio (Vizcaya), los agentes hallaron el contrato privado de compra de las participaciones de Servinabar que certifica la entrada de Cerdán en el capital mientras era diputado foral y dirigente del PSN.

La relación entre el círculo socialista navarro y Servinabar va mucho más allá de simples adjudicaciones. En abril de 2021, María Chivite presidió el acto oficial de inauguración de 62 viviendas públicas construidas por Servinabar en Pamplona, donde posó junto al copropietario de la empresa, Antxon Alonso, y el exdirector de Acciona, Eduardo Montes.

Entre julio de 2020 y septiembre de 2021, Chivite recibió en cuatro ocasiones a Antxon Alonso en su despacho. Además, Alonso se reunió al menos seis veces con otros miembros del Gobierno foral. Las grabaciones realizadas por Koldo García —también investigado— lo identifican como «giputxi» o «gui» y lo vinculan al pago de comisiones en metálico con billetes de 500 euros a Santos Cerdán.

La conexión entre Alonso y el entramado socialista se extiende también a la creación en 2015 de Noran Cooperativa Pequeña, junto a Koldo García. Entre 2016 y 2023, Noran recibió 360.165 euros de Servinabar.

Los negocios iban más allá de la obra pública. Alonso actuó como mediador para desbloquear un ambicioso proyecto de minería de potasa en Navarra, impulsado por la multinacional australiana Geolcali, con 850 millones de euros de inversión, al que también pretendía incorporarse Acciona. La operación, sin embargo, quedó judicializada por irregularidades medioambientales.

La llegada de Chivite al poder en 2019 fue clave para la reactivación de este entramado. Gracias al apoyo de Geroa Bai, Podemos y la abstención de EH Bildu, Chivite recuperó para el PSOE la presidencia de Navarra, que los socialistas no gobernaban desde el escándalo de Javier Otano en 1996, relacionado con las cuentas en Suiza vinculadas al caso Roldán. Santos Cerdán fue quien negoció aquel pacto de investidura.

Ahora, el escándalo amenaza con derribar a la presidenta. «Me siento totalmente traicionada personal y políticamente», se justificó Chivite, minutos después de que la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, exigiera su inmediata dimisión. Pese a los indicios, Chivite insiste: «La presidenta no adjudica obras».

Pero la acumulación de hechos, reuniones, adjudicaciones millonarias y conexiones personales dibuja un escenario insostenible. El cerco judicial y político sobre la líder socialista se estrecha.

+ en
Fondo newsletter