Las instituciones públicas continúan con la hipersexualización de los menores y el robo de su inocencia a través de actividades supuestamente lúdicas que imponen la ideología de género.
Así, el Ayuntamiento de Tarrasa (Barcelona), gobernado por un partido independiente cuyo alcalde ya fue regidor como miembro del Partido Socialista de Cataluña (PSC), ha programado para los días 1 y 2 de octubre un taller infantil de travestismo Drag Kids preparado para menores de entre 6 y 12 años, y lo ha definido como «taller intergeneracional de travestismo dirigido a familias».
La actividad se celebrará en el marco de un festival denominado (en catalán) Terrassa Noves Tendències que está coproducido por el consistorio y la Generalitat con el apoyo de la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura.
La idea del taller, según los organizadores, es «proponer a las familias cuestionarse los cánones tradicionales»… y por ello se instará a los niños a inventarse «un nuevo nombre» en medio de un «laberinto de colores, pestañas postizas y purpurina».
«Tres drag queens nos acompañarán en la pregunta de qué cuerpo nos gustaría construir para nosotras mismas. Mayores y pequeñas, todas tendremos la oportunidad de ampliar miras y dejar volar la imaginación más allá de lo que la sociedad nos dijo que éramos en la casilla de salida», recoge el programa de la organización, antes de subrayar que «no se trata de plantear grandes preguntas, sino de jugar e introducir el tema de la flexibilidad de género desde la plasticidad y el travestismo». La entrada cuesta cinco euros y al menos un adulto deberá acompañar al menor.
Este taller llega casi dos meses después de que padres de menores de edad denunciaran la «yincana» pornográfica organizada por el Ayuntamiento de Vilasar de Mar (Barcelona), gobernado por ERC, y que incorporaba la colocación de un preservativo con la boca en un plátano, y la emulación de actos sexuales y de posturas del «Kama-sutra».
El Ayuntamiento no informó de las actividades a los padres, que únicamente recibieron el mensaje de un técnico municipal que les dijo que se trataba de «actividades con finalidades educativas» que respondían a la curiosidad de los niños. Tras la polémica, la concejal de Juventud Montse Gual renunció a su cargo.
Desde VOX han preguntado al Departamento de Cultura de la Generalitat la «aportación económica» a Tarrasa para financiar el festival y se ha tildado de «vergüenza» que se utilice la cultura y el arte «para corromper a los niños (…) con dinero público de todos los catalanes».