«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El reino alauí ya ha desplazado a España en la exportación de tomate

Una organización agraria sufre el hackeo de su web tras denunciar la «competencia desleal de Marruecos» que les está arruinando

Mohamed VI. Europa Press

La organización agraria COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) ha denunciado que su web fue hackeada tras exigir la suspensión inmediata del acuerdo comercial entre la UE y Marruecos. El ciberataque, que dejó la página completamente inutilizada durante varios días, sorprendió a los técnicos de la entidad, quienes al intentar acceder al portal descubrieron que los caracteres habían sido reemplazados por escritura en árabe y que, de fondo, sonaba música tradicional marroquí.

El incidente se produjo después de que COAG reclamara la anulación del tratado comercial entre Bruselas y Rabat, argumentando que una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE había confirmado que dicho acuerdo violaba el derecho internacional. El fallo judicial determinó que el pacto firmado en 2019 incumplía los principios de autodeterminación y el efecto relativo de los tratados, ya que no había contado con el consentimiento del pueblo saharaui.

El conflicto entre los agricultores españoles y las importaciones marroquíes no es nuevo, pero ha alcanzado niveles de tensión cada vez mayores. Marruecos ha experimentado un crecimiento sin precedentes en el sector agroalimentario, consolidándose como un fuerte competidor de España en el suministro de frutas y hortalizas al mercado europeo. Gracias a unas condiciones comerciales favorables y a regulaciones menos estrictas en materia laboral y fitosanitaria, el reino alauí ha conseguido desplazar a España como primer exportador de tomate a la UE y amenaza con hacer lo mismo en cultivos como el aguacate y los frutos rojos.

El campo español, sin respaldo institucional suficiente, ha tenido que librar esta batalla en solitario. Organizaciones como COAG han alzado la voz contra la competencia desleal de Marruecos, acusando a su sector agrícola de operar con ventajas que los productores europeos no tienen. Sin embargo, esta postura ha tenido consecuencias. «Son temas delicados y cuando los señalas, incomodas a mucha gente», explica un miembro de la coordinadora al diario El Debate.

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