«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
NO HA HABIDO VÍCTIMAS NI HERIDOS

Una riada arrastra a una treintena de coches en Cadaqués

Coches arrastrados por la riada en Cadaqués. Gloria Sánchez

La semana concluye de forma similar a como empezó, con otra tormenta afectando la Costa Brava. Esta vez, una intensa lluvia nocturna en la comarca del Alt Empordà desbordó la riera de Cadaqués, provocando una inesperada inundación alrededor de las tres de la madrugada. Esta riera, que normalmente funciona como calle asfaltada y se usa como aparcamiento, se transformó en un torrente tras recibir un gran volumen de agua desde las montañas, arrastrando decenas de vehículos estacionados hasta la desembocadura en la playa Gran. Los coches terminaron amontonados contra el puente, bloqueando el paso y elevando el nivel del agua, que luego entró en los bajos de edificios cercanos y anegó varias calles.

Afortunadamente, el incidente no ha dejado víctimas ni heridos, limitándose los daños a destrozos materiales. Durante la mañana, el centro de Cadaqués ofrecía una imagen impactante: una pila de autos frente al mar y calles aún parcialmente cubiertas de agua. La grúa municipal retiraba los vehículos uno a uno, mientras los vecinos intentaban evacuar el agua de tiendas y establecimientos afectados. Sin embargo, la situación no ha alcanzado la gravedad de otros recientes temporales, como el ocurrido en la Comunidad Valenciana, ya que el agua transportada por la riera no contenía tanto barro y los edificios han podido ser limpiados rápidamente.

A pesar de las advertencias de Protección Civil y los semáforos que prohibían el estacionamiento en la riera, varios coches, tanto de vecinos como de turistas, fueron dejados en la zona de riesgo. Algunos lugareños explicaron que suelen entrar por otros accesos y no vieron las señales, mientras que visitantes extranjeros desconocían que la zona se inundaba con facilidad. «No sabíamos que era una riera», comentó un turista australiano afectado, que alquiló un coche para su viaje por la región.

Ante las críticas por los coches dañados, el Ayuntamiento defendió que los protocolos fueron seguidos adecuadamente. La alcaldesa, Pia Serinyana, explicó que la localidad estaba en alerta naranja, no en alerta roja o negra, y que la Policía intentó localizar a algunos propietarios de coches estacionados en la riera, pero concluyeron que era más peligroso hacer que los retiraran durante la tormenta. En cuanto a los locales comerciales, el impacto fue mínimo: gracias a las precauciones tomadas en años anteriores, los negocios del área han sufrido solo pequeñas inundaciones y algunos daños en productos y electrodomésticos, como en el caso de los restaurantes Mos y Cadaq’s.

Protección Civil, por su parte, consideró que la situación no requería la activación de alertas masivas, ya que el impacto estaba muy localizado. Aunque el Meteocat había activado el aviso amarillo en la región por posibles lluvias intensas, la tormenta superó las expectativas al descargar hasta 100 litros por metro cuadrado en pocas horas. Ante la intensidad del aguacero, Meteocat elevó la alerta a nivel naranja durante la madrugada. No obstante, Protección Civil decidió que, al tener la situación bajo control, no era necesario emitir una alerta a gran escala.

Finalmente, cabe señalar que esta tormenta no está relacionada con la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana y a Cataluña recientemente. El fenómeno que azotó Cadaqués se debió a una zona de inestabilidad con aire frío en altura, que causó precipitaciones irregulares en varios puntos de la Costa Brava y el Empordà.

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