La candidata del Partido Popular Europeo a la Presidencia de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se ha desentendido de la amnistía a los golpistas separatistas, una norma aprobada a cambio de una investidura y que supone un golpe a la Constitución y a la igualdad de los españoles ante la ley. El objetivo de la dirigente alemana es no perder el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y seguir siendo la máxima dirigente del órgano comunitario.
El Partido de los Socialistas Europeos nombró el pasado lunes al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y al canciller alemán, Olaf Scholz, como sus negociadores en el proceso de renovación de altos cargos en las instituciones comunitarias para los próximos cinco años.
Fuentes del PSOE subrayaron que los resultados de estos comicios les otorgan «un sólido poder de negociación» para el reparto de las presidencias de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, así como el alto representante de la UE para la Política Exterior.
La propia Von der Leyen señaló tras los comicios que confía en recabar el apoyo de los socialistas y liberales para un segundo mandato al frente del Ejecutivo europeo, y rechazó un pacto con las fuerzas soberanistas y patriotas (ECR e ID). «Hay una mayoría de centro para una Europa más fuerte, esto es crucial para la estabilidad. El centro aguanta, pero es cierto que los extremos en la izquierda y la derecha han logrado apoyos. Por eso este resultado significa una gran responsabilidad para partidos de centro», proclamó. «Tenemos que tender los puentes necesarios y trabajar con aquellos afines y que comparten nuestros mismos objetivos», añadió.
