El Gobierno italiano que lidera Giorgia Meloni ha prohibido instalar placas solares en tierras agrícolas, a excepción de que sea para energía agrovoltaica, la instalación a una altura superior a los dos metros sobre el terreno para que la tierra continúe siendo apta para el cultivo.
«Hemos puesto fin a la instalación salvaje de energía fotovoltaica sobre el terreno, obviamente con gran pragmatismo. Hemos optado por limitar esta prohibición a los terrenos productivos», afirmó el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida.
VOX fue el único partido en España que se opuso a la ley de cambio climático y que presentó una enmienda a la ley de transición ecológica en 2021 para defender los suelos agrarios y productivos ante la invasión «sin control» de placas solares. Contó con la oposición del Gobierno y de sus socios. «Fuimos los primeros en advertir el desastre de las placas ante la hipocresía del consenso progre y los ecologistas subvencionados», señala el diputado nacional Ricardo Chamorro.
El diputado reitera que otros partidos no se opusieron (o miraron de perfil) a la norma que ha hecho proliferar esta invasión». «El resto están al servicio de las élites y las grandes eléctricas, y desprecian al mundo rural». En la enmienda, el partido exigió que no se perjudicarán los pastos ganaderos, la agricultura y el mundo rural, según ha recordado Ricardo Chamorro.
También presentó un proposición no de ley en comisión (con abstención del PP y el voto en contra del resto de partidos) en la que pidió al Congreso instar al Ejecutivo a «priorizar en la conexión a red las instalaciones fotovoltaicas que se instale sobre tejados y suelos degradados o inservibles para otros usos como vertederos colmatados, antiguas canteras o minas a cielo abierto, bases militares fuera de uso, terrenos industriales en desuso, etc».