La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha anunciado que abandona la Ejecutiva de Sumar —partido creado por ella— tras el batacazo electoral de ayer domingo en los comicios europeos, en los que la formación sólo obtuvo tres eurodiputados, frente a los dos de Podemos, muy lejos de sus expectativas.
«Mi obligación es garantizar que el Gobierno de coalición convierta el odio en una ola de derechos y esperanza. En estos meses, siento que no he hecho las cosas que mejor sé hacer, y la ciudadanía lo ha percibido. He tenido la certeza de que la política se dedicaba más a sí misma que a los problemas de la ciudadanía, y tenemos que estar para la gente«, ha comentado en una rueda de prensa sin preguntas.
Además, ha dejado claro que los ciudadanos nunca se equivocan, voten lo que voten y aunque no voten: «He decidido dejar mi cargo como coordinadora de Sumar. Es necesario que haya un debate y con esta decisión abro un camino. Es necesario dar un paso adelante en la política que importa a la gente trabajadora de este país». Ha concluido remarcando que la desafección ciudadana con la clase política es enorme —por el 51% de abstencionistas—.
Tras este descalabro, tanto Izquierda Unida como Más Madrid, que se han quedado fuera del Parlamento Europeo ya han empezado a criticar el desastre generado por Yolanda Díaz, a la que culpan por no hacer caso a las formaciones con arraigo. Sectores de Sumar ponen en duda el liderazgo de Díaz a la que también reprochan que dejara sola a Estrella Galán.
Desde Más Madrid, a través de su líder en la Asamblea de Madrid, Manuela Bergerot, han reclamado «una reflexión profunda e integral» a la dirección de Sumar tras unos resultados definidos como «malos» y criticando que se tomaran decisiones estratégicas sin tenerles en cuenta.
También en Izquierda Unida han alzado la voz. Su recién elegido coordinador general, Antonio Maíllo, mandó una carta a la militancia en la que incide en unos resultados «decepcionantes y preocupantes» y anunció un proceso «para cambiar dentro de nuestra organización todo lo que deba ser cambiado para ser capaces de trabajar de la manera en la que las clases populares nos demandan y necesitan»: «Todo proyecto sin organización es efímero».