Cuando, en el primer discurso de su mandato, Joe Biden anunció que el mayor peligro para la seguridad de Estados Unidos estaba precisamente en sus rivales ideológicos, no hablaba por hablar. No hay enemigos a su izquierda, por más que Antifa o BLM queme ciudades y asalte comercios; pero a su derecha, todos lo son y se les trata como en cualquier régimen de partido único.
Así, el Departamento de Estado lleva tiempo financiando un grupo de seguimiento de «desinformación» a través de su Centro de Compromiso Global (GEC), que supuestamente trabaja contra medios abrumadoramente conservadores a los que acusa de difundir «desinformación», según una investigación del Washington Examiner.
El periódico cuenta que «el Índice de Desinformación Global, una organización británica con dos grupos sin ánimo de lucro registrados en Estados Unidos, está repartiendo entre las agencias de publicidad ‘listas negras’ para ahogar financieramente y destruir sitios web» que, supuestamente, ‘desinforman’, es decir, dan informaciones que molestan al régimen. Este mismo grupo de «desinformación» ha recibido $330,000 de dos entidades respaldadas por el Departamento de Estado vinculadas a los niveles más altos del gobierno.
Un grupo financiado por el Departamento de Estado que apoya a este índice inquisitorial es el National Endowment for Democracy, una organización sin ánimo de lucro, que recibe casi la totalidad de sus fondos del Congreso ($300 millones en 2021). El NED es sobradamente conocido porque siempre se muestra especialmente activo en los países que están a punto de ser bendecidos con una ‘revolución de colores’, y se considera una organización pantalla de la CIA.
En 2020, el NED transfirió 230.000 dólares a la fundación AN, también conocida como Fundación del Índice de Desinformación, para «profundizar en la comprensión de los desafíos a la integridad de la información en el espacio digital» en Asia, África y otros países, y para «evaluar los riesgos de desinformación de los ecosistemas locales de medios en línea».
Mientras, en septiembre de 2021, el Global Engagement Center (GEC) organizó el US-Paris Tech Challenge, un evento cuya finalidad expresa era «avanzar en el desarrollo de tecnologías prometedoras e innovadoras contra la desinformación y la propaganda» en Europa y el Reino Unido, es decir, en medio de automatizar la censura y el silenciamiento de disidentes. El evento fue una «colaboración con la Embajada de EE. UU. en París, el Laboratorio de Investigación Forense Digital del Consejo Atlántico (DFRLab), la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)» y varias otras organizaciones.
