Debo de estar perdiéndome algo, porque Texas ha desafiado una decisión del Gobierno de Estados Unidos Y una sentencia del Tribunal Supremo, acusando pública y oficialmente al primero de grave dejación de funciones, le apoyan (por ahora) la mitad de los estados, algunos de ellos incluso han enviado tropas en auxilio del gobernador de Texas… y los medios apenas tratan el asunto, como si no existiera o fuera una cuestión menor, aunque tiene toda la pinta de una rebelión en toda regla.
La antigua estrella de la Fox Tucker Carlson ha entrevistado a Greg Abbott y las declaraciones del gobernador de Texas no parecen exactamente tranquilizadoras. Abbott asegura que están haciendo todo lo posible para levantar más barreras contra la invasión de ilegales por la frontera —lo que el Ejecutivo de Biden les ha prohibido taxativamente, con amenaza incluida— y que van a seguir con lo suyo con independencia de lo que digan desde la Casa Blanca. ¿Y qué pasa si Biden toma el mando de la Guardia Nacional de Texas, como ha amenazado con hacer? Abbott está preparado: «Sería una medida descabellada por su parte, un desastre total».
«Tenemos otros agentes armados en la frontera mientras hablamos en este momento, gente del Departamento de Seguridad Pública de Texas, así como otros agentes del orden, además de la Guardia Nacional de otros estados». Más madera, es la guerra.
Abbott tiene razón en que sería un suicidio que Biden forzara la situación al límite, y no sólo por la pavorosa eventualidad de un enfrentamiento armado y sus consecuencias. Biden, por decirlo suave, no es extraordinariamente popular y ya se da por hecho que será el candidato demócrata a las presidenciales de noviembre. Entrar a saco contra Texas (y, por extensión, contra la mitad de los estados) arruinaría por completo sus posibilidades de seguir en la Casa Blanca.
Por lo demás, la justicia está del lado de Abbott, que se ha limitado a cumplir una ley que Biden se niega a aplicar. Diez funcionarios retirados del FBI y expertos en contrainteligencia enviaron una carta a los líderes del Congreso advirtiendo que las políticas de la administración Biden han facilitado una «invasión suave» de hombres en edad militar a Estados Unidos desde áreas del mundo vinculadas al terrorismo.
La carta, escrita el 17 de enero, antes de que el gobernador de Texas invocara la cláusula de invasión de la Constitución de Estados Unidos, sugiere que es probable que un ataque terrorista sea inminente. «La amenaza que denunciamos hoy es nueva y desconocida. En su historia moderna, Estados Unidos nunca ha sufrido una invasión de su patria y, sin embargo, ahora se está desarrollando una», se lee en la carta. «Hombres en edad militar de todo el mundo, muchos de ellos de países o regiones que no son amigos de los Estados Unidos, están llegando en oleadas a nuestro suelo, no desembarcando de un navío o lanzándose en paracaídas desde un avión, sino a pie a través de un frontera de la que se ha anunciada al mundo que está desprotegida y con fácil acceso garantizado».
«Sería difícil exagerar el peligro que representa la presencia dentro de nuestras fronteras de lo que comparativamente es un ejército de múltiples divisiones de jóvenes varones adultos solteros de naciones y regiones hostiles cuyos antecedentes, intenciones o lealtad son completamente desconocidos. Incluyen individuos encontrados por funcionarios fronterizos y luego posiblemente liberados en el país, junto con la estimación sorprendentemente alta de ‘fugas’, es decir, aquellos que han entrado y evadido la detención», continúa la carta.
A principios de esta semana, Abbott invocó el derecho de Texas a la autodefensa, considerando la crisis migratoria una «invasión». En respuesta, una coalición de 25 gobernadores republicanos firmó una carta en apoyo a la resistencia de Texas.