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Pese a la caída de Bajmut

La Administración Biden enviará otros 375 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania

El presidente de EEUU, Joe Biden, junto al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Europa Press

Biden tuvo que cancelar sus compromisos extranjeros recientes porque tenía la batalla en casa: urge elevar el techo de gasto del Gobierno federal, y para eso necesita mucho tira y afloja con la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos.

El «techo de gasto» es una charada recurrente en la política estadounidense. Consiste en que, después de una temporada de gastar como un marinero borracho, alguien mira los números y se da cuenta de que eso no puede ser, así que deciden, muy serios, fijar un máximo de gasto a partir del cual no podrán gastar ni un centavo más. Naturalmente, al cabo de no mucho tiempo se dan cuenta de que están sin blanca y todavía les queda mucho que gastar, así que negocian la eliminación del famoso «techo», fijan otro, y vuelta a empezar.

Y en este caso Biden necesita con urgencia el dinero, no para arreglar infraestructuras o mejorar el sistema de salud o aumentar el presupuesto policial, sino para dárselo a Zelenski, un destino en el que ya ha invertido bastante más del presupuesto total de defensa ruso para un año. En total, según el Instituto Keil, los contribuyentes estadounidenses han pagado hasta ahora 46.600 millones de dólares en envíos de armas a Ucrania, 26.400 millones de dólares en ayuda financiera y 2.900 millones de dólares en ayuda humanitaria desde la invasión de Rusia el año pasado. Ahora se ha comprometido a 375 millones más.

El problema —bueno, uno de los problemas— es que hay poco que mostrar como beneficio de esta ayuda. Este mismo fin de semana, el jefe del grupo militar privado ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha anunciado que después de 224 días de guerra y muchas bajas, Rusia tiene ya bajo su control la ciudad estratégica de Bajmut, que se nos había vendido como la nueva Stalingrado.

Oficialmente, para Kiev, no ha caído, pero los comandantes de las fuerzas ucranianas llevan algún tiempo avisando que la situación en la ciudad asediada era desesperada y que apenas controlaban un 10% de la plaza.

Pero en Washington no quieren ni oír hablar de paz, no digamos ya de rendición, así que las armas y el dinero seguirán fluyendo y Biden prometerá lo que sea para lograr los fondos de la Cámara.

Pero la retórica ha cambiado entre los analistas. La segura victoria ucraniana es cada día menos segura en los análisis de los expertos en prensa, y en la influyente POLITICO especulan que la Administración Biden se está preparando para que la guerra en Ucrania se convierta en un conflicto congelado durante años o posiblemente incluso décadas, similar a la situación en la península de Corea.

Un funcionario estadounidense reconoció a POLITICO que la administración se está preparando para apoyar a Ucrania a largo plazo. Ese apoyo a largo plazo implicaría seguir armando a Ucrania y tratar de hacer que las fuerzas armadas del país sean más interoperables con la OTAN. Algunos miembros de la OTAN buscan mejorar el estatus de Ucrania dentro de la alianza. Los miembros de Estados Unidos y la OTAN tientan a Kiev con el ingreso en la alianza, pero sin concretar pasos específicos.

Visto así, la pérdida de Bajmut no se ve como una tragedia, y no se espera que Ucrania recupere, al menos en un plazo previsible, el territorio perdido: basta con que resista, con que tenga los medios para continuar el combate.

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