La IX Cumbre de las Américas, que transcurrió en Los Ángeles, acumuló más escándalos que resultados pero sobre todas las cosas, abrió la puerta a un debate más profundo: el de su propio sentido como cónclave regional. Los documentos preparatorios sostenían una agenda ornamental con un temario que poco interesa a una población cuyas prioridades están muy lejos de los dictados de la burocracia globalista. Inflación, pobreza, narcotráfico, terrorismo, inseguridad, deuda y desempleo son los dramas que asolan a la región desde hace décadas, pero claro, esos no son temas de la Agenda 2030.
Sin duda, la estrella de la Cumbre fue la lista de reproches y ausencias que la convirtió en una reunión menguada y tensa. Como anfitrión Joe Biden excluyó del convite a Cuba, Nicaragua y Venezuela por ser dictaduras, aunque paradójicamente se encuentra estrechando relaciones con los regímenes de Maduro y Canel de manera cada vez más ostensible. Sin embargo, fue esta medida la excusa que necesitaban distintos mandatarios para dar la espalda a la convocatoria, así que estuvieron ausentes los líderes de México, Bolivia, Honduras y casi todas las naciones caribeñas.
La contracumbre de la CELAC fue cancelada pero la voz del socialismo regional (…) fue representada por el presidente argentino
Para evitar una contracumbre y un vaciamiento, Biden debió hacer grandes concesiones otorgando reuniones bilaterales y suspendiendo temas a pedido de cada uno de los presidentes a los que su Administración fue a visitar uno por uno, con dedicación artesanal. La contracumbre de la CELAC fue cancelada pero la voz del socialismo regional, plasmado en esta, fue representada por el presidente argentino que se dio el lujo de sermonear a Biden en su propia casa.
El presidente Alberto Fernández coló varios elementos de su oxidada agenda setentista en el discurso: lamentó que que no estuvieran “presentes todos los que debíamos estar”, aludiendo a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y sostuvo que “desde la periferia en la que nos colocan, la América Latina y el Caribe miran con dolor el padecimiento que sobrellevan pueblos hermanos. Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro”, y agregó Fernández “para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un ‘derecho de admisión’ sobre los países miembros del continente”
Fernández aprovechó para hacer buena letra a los lejanos oídos de Cristina Kirchner diciendo: “La intervención del Gobierno de Donald Trump ante el Fondo Monetario Internacional fue decisiva para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un Gobierno argentino en decadencia (el de Mauricio Macri). Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino”, y alertó que «el mundo está siendo amenazado por oportunistas del odio que siembran desánimo en pueblos muy golpeados por la pandemia. Es hora de enfrentarlos”, ¿a quienes se refería Fernández? Para cerrar invitó al mandatario estadounidense a participar a la próxima reunión de la CELAC: “Sueño que en una América fraternalmente unida, nos comprometamos a que todos los seres humanos que habitan nuestro continente tengan derecho al pan, a la tierra, al techo y a un trabajo digno”.
Respecto de Brasil, de la reunión celebrada entre Biden y Jair Bolsonaro no surgieron comentarios sobre las discrepancias acerca de la postura de cada país frente a la guerra de Ucrania-Rusia y en cambio el líder brasileño aprovechó para pasar algunas indirectas como las referidas a la necesidad de que las próximas elecciones sean transparentes. Asimismo Biden calificó a Brasil como un lugar maravilloso, y añadió que «nuestras naciones están vinculadas por valores compartidos que abren increíbles oportunidades para nuestras dos naciones«, y en lo que se refiere a Chile, el presidente Gabriel Boric también se reunió con su homólogo estadounidense y expresó su «preocupación» por el alza de precios derivado de las sanciones impuestas a Rusia a raíz de la invasión a Ucrania.
Otro discurso llamativo fue el de Pedro Castillo, mandatario peruano que tomó como principal bandera la lucha contra la corrupción precisamente en el momento en el que enfrenta duras acusaciones que hacen pender de un hilo su Gobierno cuando todavía no ha cumplido un año de mandato. El descontrol de la Administración peruana también tuvo su momento de fama en el marco de la Cumbre ya que Castillo terminó su discurso con un icónico: “América para los americanos”, frase que hizo famosa el expresidente de EEUU James Monroe, y que motivó la crítica del ex-mentor y actual enemigo de Castillo, el ex-terrorista Vladimir Cerrón, que en su cuenta de Twitter escribió “‘América para los americanos’, típica frase colonialista de la Doctrina de Monroe”.
Como si su Administración no tuviera responsabilidad en el tema, Biden sostuvo que la inmigración irregular es «inaceptable»
El tema de las elecciones de medio término se coló mucho más de lo esperado en las actividades. EEUU necesitaba la participación del presidente mexicano López Obrador para debatir el tema de la inmigración que la propia Administración demócrata alentó. El mismo Antony Blinken brindó varias declaraciones explicando la gravedad de la situación, justamente cuando una caravana de decenas de miles de inmigrantes centroamericanos se dirige a su frontera. Por ese motivo el abierto desafío de AMLO deja a Biden con una imagen de gran debilidad. Al mismo tiempo necesitaba excluir a Cuba, que había asistido a cumbres anteriores con fogosas muestras de afecto entre los entonces mandatarios de ambos países, pero que ahora era una piedra en el zapato porque el Gobierno demócrata necesita del voto de Florida debido al riesgo que corre de perder el control de ambas Cámaras.
Biden sostuvo que la declaración de Los Ángeles respecto del tema migratorio permitiría articular un nuevo enfoque relacionado con la responsabilidad, a la vez que habló de un “compromiso de todos para encontrar una solución razonable y mejorar la estabilidad”. Estas vacías declaraciones son la aceptación de que se fue con las manos vacías sobre uno de los temas clave del encuentro. Como si su Administración no tuviera responsabilidad en el tema, Biden sostuvo que la inmigración irregular es “inaceptable”.
Otro de los resonantes fracasos del anfitrión tuvo que ver con uno de los ejes de los documentos preparatorios: la gobernabilidad democrática. Existen enormes dificultades para poner de acuerdo al continente sobre qué es la democracia. Las décadas de influencia casi monopólica del Foro de Sao Paulo en la región no han sido en vano. No sólo muchos países se solidarizaron con las abiertas dictaduras ausentes, sino que además pusieron en entredicho el concepto y la institucionalidad de la democracia liberal. Tal es el caso de Bolivia que se dio el lujo de hacer el desplante de la ausencia, pero logró que se inserte un párrafo en el que pone en entredicho la función de observación electoral de la OEA, afirmación diplomática reforzada por Argentina, que apoya la tesis del golpe en Bolivia en ocasión de la denuncia de fraude del organismo multilateral. Para mayor abundamiento, el representante mexicano dijo que: «Es evidente que la OEA y su forma de actuar están agotados«.
En este sentido y envuelto en las contradicciones, EEUU sostuvo a través de Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, que no se pueden obviar las violaciones a los DDHH que se están cometiendo en el continente. En el caso cubano, destacó las protestas de julio de 2021, que llevaron a la cárcel a más de 1.400 manifestantes incluyendo menores. Sobre Nicaragua, el funcionario indicó que desde el 2018 se ha desatado una brutal represión en respuesta a la oposición generalizada a las políticas del régimen, y recordó que en el período previo a las elecciones “el régimen encarceló arbitrariamente a más de 40 figuras de la oposición, incluyendo a siete posibles candidatos presidenciales”.
Los errores de diagnóstico de la Administración Biden respecto de su patio trasero son descomunales. (…). Obtuvo sólo una bolsa de gestos vagos y diatribas concretas
Si en esta Cumbre de las Américas Biden quería mostrar un retorno del liderazgo de Estados Unidos en la región, el efecto fue el contrario, y ha quedado de manifiesto una política externa frágil y errática. Es claro que EEUU busca ampliar su influencia en función de las disputas geopolíticas que tiene con China y Rusia, pero con esta Cumbre han conseguido exactamente lo contrario, justo en paralelo a la disminución del apoyo que OTAN había conseguido a las sanciones a Rusia al comienzo de la invasión a Ucrania. Las potencias regionales no tienen el compromiso con la agenda de la Administración Biden que el demócrata hubiera soñando, pero sí tienen una catarata de reclamos y reproches que van desde el histórico antiamericanismo de los mandatarios más viejos hasta la sumisión a un Socialismo del Siglo XXI con el que se educaron políticamente los líderes regionales más nuevos en términos de política electoral. El desastre organizativo y diplomático que se exhibió en la ciudad de Los Ángeles durante la IX Cumbre de Las Américas puso de manifiesto el divorcio de intereses y objetivos de EEUU con el resto de sus vecinos. Al mismo tiempo expuso la distancia ideológica entre las demandas sociales y las agendas de las élites políticas.
Estados Unidos debería moverse con rapidez e inteligencia para revertir su pérdida de influencia en una región en la que China gana terreno y se ha convertido en el principal socio comercial de muchos países. Parece que recién ahora se da cuenta de que el presidente chino, Xi Jinping, ha visitado la región 11 veces desde que asumió, mientras que Joe Biden no lo ha hecho desde enero de 2021. No obstante, Washington tampoco ha hecho anuncios rutilantes ni grandes acuerdos. Prometió un paquete de financiación privada para contener la inmigración, una reforma del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y un Cuerpo de Salud de las Américas para formar trabajadores sanitarios.
En conclusión, los errores de diagnóstico de la Administración Biden respecto de su patio trasero son descomunales. Pensó que ofreciendo poco se llevaría mucho y lo cierto es que obtuvo sólo una bolsa de gestos vagos y diatribas concretas. Un fracaso entre épico y grotesco que mostró que las “Américas” no son un espacio en donde la política norteamericana, tan degradada y anquilosada, pueda recostarse.