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en chicago, illinois

Las bajas temperaturas transforman la estación de carga de coches eléctricos de Oak Brook en un «cementerio de Teslas»

Un operario empuja un Tesla sin batería en Oak Brook. Fox

Los propietarios de coches eléctricos en Chicago (Illinois) están teniendo problemas con las temperaturas extremadamente frías que ha alcanzado la ciudad estos días. Tanto que las estaciones de carga se han convertido en cementerios de automóviles sin batería.

En concreto, la estación de carga de Tesla en Oak Brook estuvo fuera de servicio durante el domingo debido a las bajas temperaturas. Los cargadores de la empresa que dirige Elon Musk dejaron de funcionar una vez una vez alcanzadas las temperaturas bajo cero. Y esta situación se replicó en muchas otras estaciones de carga en el área de Chicago, dejando una imagen de largas colas de vehículos y coches abandonados.

«Esto es una locura. Es un desastre. Tenemos un montón de robots muertos aquí», aseguró el domingo uno de los afectados a FoxNews después de verse obligado a abandonar su coche al no poder cargarlo y tener que pedir a un amigo que fuese a recogerle.

Estación de carga de Tesla en Oak Brook.

Otros propietarios tuvieron que llamar al día siguiente a la grúa para poder trasladar sus coches a una estación en la que recargar la batería que, con las bajas temperaturas, es, además, un proceso mucho más lento.

«Debido a las bajas temperaturas hemos tenido que parar cada hora u hora y media para cargar durante una hora, luego una hora y media, luego dos horas… Más allá del tiempo perdido, cada recarga nos costó entre 25 y 30 dólares. Sólo en un día paramos seis veces«, han explicado los hermanos Steavenson a Breitbart. Estos usuarios han detallado a este medio que cuando llamaron a la empresa de alquiler, Hertz, para informar de lo ocurrido, el agente que les atendió les explicó que la mayoría de usuarios se habían puesto en contacto para reportar problemas similares.

Quizá sea este uno de los motivos que ha provocado que Hertz haya decidido vender un tercio de los vehículos eléctricos de su flota en Estados Unidos para comprar coches con motor de combustión. Y también sea una de las razones que explica que el 65% de los estadounidenses considere que es «poco probable» que adquieran un coche de estas características. Así lo refleja la encuesta publicada esta semana por Rasmussen que añade que el 37% reduce esta opción hasta «nada probable».

El número de personas que esperan comprar un vehículo eléctrico incluso ha disminuido desde el pasado mes de abril, cuando un 40% aseguraba que era probable que su próximo coche fuese un eléctrico.

El barómetro de Rasmussen demuestra además que la adquisición de estos vehículos sigue siendo una posibilidad que sólo se plantean los más ricos. El 52% de los estadounidenses que gana al menos 200.000 dólares al año asegura que es posible que adquieran uno. Sin embargo, el 70% de los trabajadores que ganan entre 30 y 50.000 dólares al año no lo consideran una posibilidad, mientras que un 46% de estos aseguran que «no es en absoluto probable» que compren un vehículo eléctrico.

Lo ocurrido en Oak Brook recuerda a lo que pasó hace apenas una semana en Oslo, cuando unas 100 salidas de autobuses eléctricos fueron canceladas como consecuencia del clima.

Las bajas temperaturas reducen drásticamente la duración de las baterías de los vehículos eléctricos, prolongan su tiempo de recarga e incluso pueden provocar fallos en los puntos de alimentación.

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