Al menos 1.200 millones de estadounidenses perdieron sus empleos y fueron sustituidos por 668.000 trabajadores nacidos fuera del país durante el último año.
Goldman Sachs ha elaborado un análisis que revela que la promoción de la inmigración (en el caso de estudio, la legal) alentada por la Administración de Joe Biden (más de un millón al año) agregará más de medio millón de trabajadores extranjeros a la fuerza laboral a mediados de junio del próximo año.
Cada mes, Biden inyecta decenas de miles de trabajadores de fuera que las empresas pueden contratar en condiciones más ventajosas: salarios más bajos, menos prestaciones, menos ‘conflictividad laboral’. O, en palabras del estudio de la firma de inversión, «el crecimiento de la fuerza laboral nacida en el extranjero se ha acelerado entre 50.000 y 160.000 al mes este año, impulsado por una creciente tasa de participación de la fuerza laboral nacida en el extranjero (TPLF)».
Cualquiera puede imaginar el resultado: ganan las empresas. O, como insinuó el mes pasado Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la consecuencia es «reequilibrar» el mercado laboral a favor de los empleadores. Es decir, estancamiento a la baja de los salarios, lo que, por lo visto, es una excelente noticia para los administradores de la economía norteamericana como el propio Powell, para quien «este reequilibrio ha aliviado las presiones salariales».
El estudio de Goldman coincide con datos recientemente aportados por el Centro de Estudios de Inmigración (CIS), según los cuales en abril permanecían fuera del mercado laboral 44 millones de estadounidenses nativos, excluyendo los contabilizados en las cifras mensuales de paro.
Menos norteamericanos nativos en la fuerza laboral, más extranjeros, en una espiral que acentúa la destrucción de la clase media norteamericana. De 1960 a 2023, por ejemplo, el número de hombres nativos estadounidenses de entre 16 y 64 años que no estaban en el mercado laboral aumentó en casi 14 millones. Durante ese mismo período, el número de trabajadores extranjeros de entre 16 y 64 años en el mercado laboral aumentó en 13,7 millones.
Y, naturalmente, esta tendencia es sustancialmente más acusada entre las clases trabajadora y media baja del país. «La proporción de hombres nacidos en Estados Unidos entre 20 y 64 años sin título universitario muestra una disminución en la participación en la fuerza laboral del 93 por ciento en 1960 al 87 por ciento en 1980, el 84,1 por ciento en 2000 y el 77,3 por ciento en abril de este año», escribe el informe del CIS.
