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LE CONVERTIRÍA EN UN «MÁRTIR» CONTRA EL SISTEMA

Miedo en los demócratas a que el juicio político a Trump aumente todavía más su popularidad de cara a las presidenciales

Trump
Donald Trump. Europa Press

Uno podría pensar que la estrategia electoral de los demócratas está secretamente dirigida por secuaces de Donald Trump, a juzgar por cómo les está saliendo el tiro por la culata en su obsesión por convertir al neoyorquino en un mártir de la instrumentalización de la justicia.

Sobre Donald Trump ha caído una marabunta de cargos judiciales que ni con la mayor ingenuidad del planeta podría considerarse ajena a los juegos de poder, y la esperanza de la campaña de Joe Biden es que en alguna de estas causas se le declare culpable y puedan presentarle como un convicto. Craso error, error monumental: la inmensa mayoría de los norteamericano ve claro como el agua —incluso aquellos que aplauden la maniobra— que el calvario judicial de Trump tiene una clara motivación política y que no se han cortado a la hora de implicar al propio Departamento de Justicia, el más ideologizado de la historia estadounidense.

Según cuenta Politico, «Biden pretende abordar inicialmente el veredicto en un entorno de la Casa Blanca, no de la campaña, para demostrar que su declaración no es política, según fuentes a quienes se les garantizó el anonimato».

Y continúa: «Si el jurado condena a Trump, el equipo de Biden argumentará que el resultado muestra que Trump no es apto para el cargo y prueba hasta dónde podría llegar el expresidente para volver a ganar. El equipo de redes sociales de la campaña está considerando aprovechar aún más la línea de ataque, y se está discutiendo la posibilidad de referirse al expresidente en línea como ‘criminal convicto Donald Trump'».

El artículo de Politico aparece justo antes de que este martes se expongan los alegatos finales en el juicio por el dinero que supuestamente dio Trump a una actriz porno para que no hablara de su pasada relación, en el que el testigo estrella de la fiscalía, Michael Cohen, hizo un verdadero «papelón» en el estrado, quedando como cualquier cosa salvo como un testigo fiable. Pero, claro, estamos hablando de un jurado de Manhattan y de un juicio político, con lo que tampoco sería extraño que se llegara a un veredicto de culpabilidad.

Pero los ciudadanos han visto en vivo y en directo las tripas de todo este proceso, y un veredicto adverso no hará más que confirmar el grado de putrefacción del sistema y de su maniobra para hundir a Trump. Resultado: los demócratas quedan fatal, como políticos sin escrúpulos dispuestos a corromper el sistema de justicia para mantenerse en el poder, mientras que Trump puede presentarse como un mártir perseguido por un poder omnímodo. No en balde menos de dos de cada diez estadounidenses confía en el Gobierno.

Hasta Político, que se alinea abiertamente con los demócratas, advierte a los suyos que una condena de Trump «no debería alegrar a los de nuestro lado». La razón es obvia: los demócratas están aupando la popularidad de Trump al convertirle en un mártir que lucha en solitario contra todo el sistema.

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