«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Ante las elecciones que se celebrarán el próximo 23 de febrero

AfD se erige como única alternativa para un «cambio» en Alemania frente a una CDU que no descarta una «gran coalición» con los socialistas

Alice Weidel. Europa Press

El canciller alemán, el izquierdista Olaf Scholz, perdió este lunes la moción de confianza en el Parlamento y allanó así el camino para las elecciones que se celebrarán el próximo 23 de febrero.

Scholz logró el respaldo de los 207 diputados del SPD, mientras que Los Verdes se decantaron por abstenerse. De los 717 diputados presentes en el Bundestag en el momento de la votación, un total de 394 votaron en contra de la continuidad del Gobierno y otros 160 se abstuvieron.

El canciller ha pedido formalmente al presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, que disuelva el Bundestag. Él debe decidir en un plazo de tres semanas si accede a la solicitud, aunque se da por seguro que lo hará.

La votación era un trámite dado que el Gobierno y el resto de los principales partidos en el Bundestag ya habían pactado la celebración de elecciones anticipadas. El Gobierno tripartito de socialdemócratas, liberales y ‘verdes’ colapsó el pasado mes de noviembre por discrepancias entre Scholz y su ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal, Christian Lindner, que culminaron con la salida de su partido del Ejecutivo de coalición.

La CDU se perfila como la principal favorita para hacerse con la victoria en las elecciones de febrero, aunque no descarta una «gran coalición» con los socialistas y solamente la derecha soberanista de AfD asegura una alterativa.

El último sondeo de Insa señala que el partido del canciller Scholz gana terreno y ahora cuenta con el 17% (un punto más que la semana anterior). La CDU lideraría con un 31% y AfD recuperaría la barrera del 20%. «Alemania necesita un nuevo comienzo: libertad y libre empresa en lugar de socialismo climático», señaló su líder y candidata, Alice Weidel, aunque admite que hoy por hoy no gobernará por el denominado «cordón sanitario» de los partidos del sistema. «Somos la segunda fuerza en los sondeos a escala nacional y de ahí deriva nuestra pretensión de gobernar», afirmó ante su designación.

AfD maneja dos grandes bazas para la cita electoral: su rechazo a la inmigración ilegal y su denuncia de la inseguridad que provocan los extranjeros; y la negativa a la guerra, al suministro de armas a Ucrania. Y el intento de mordaza y censura por parte del establishment: en noviembre más de un centenar de diputados del Bundestag pidieron ilegalizar a AfD en un moción redactada por el diputado Marco Wanderwitz (CDU).

Wanderwitz señaló que en total contaba con el apoyo de 113 miembros de varios grupos políticos de la Cámara Baja. Todos ellos instaron al Tribunal Constitucional a dictaminar cuanto antes si las actividades de AfD, que es el único partido que disiente, violan el artículo 21 de la Carta Magna y, por ende, «ponen en peligro la democracia en el país».

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